Florián es un niño que por razones médicas debe permanecer indefinidamente en cama; él siente una fascinación por las historias de miedo y los fenómenos paranormales.
“El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta ‘el modo imperativo’. Yo siempre les aconsejo a mis estudiantes que si un libro los aburre, lo dejen"
"Desastre" es la palabra utilizada por Laura Ramos al retratar los últimos años de la escritora en Cuernavaca, tras su regreso definitivo a México en 1993.