Pasar al contenido principal
x

En Oaxaca, sin respeto a los peatones

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

Una resquebrajada pared en la esquina de Manuel Bravo y Porfirio Díaz, en el centro de la ciudad, sirve de apoyo para la base de un semáforo cuya luz amarilla parpadea todo el tiempo, sin cambiar al rojo o al verde.


En la otra esquina de esta intersección vial, el semáforo se detuvo; parpadea también, pero en la luz roja que simboliza el alto total. Ninguno sirve para dirigir el tráfico.


A unos pasos, José Luis Hernández, encargado de una tienda, recuerda que exactamente desde el miércoles pasado, ambos semáforos no funcionan y las señalizaciones del programa “Uno por Uno, primero el peatón” que ya instaló la Comisaría Vial Municipal, auguran que en vez de repararlos serán retirados.


“Así se hace más difícil pasar, no respetan el uno por uno, hasta se insultan los automovilistas y se hace más complicado cruzar”, es la queja de quien sabe que contrario a lo que se busca, son los derechos viales de peatones los que no se respetan.



¿Primero peatones? En los hechos es una utopía. FOTO: Mario Jiménez

Sin la costumbre


Un par de elementos de la Comisaria Vial Municipal de Oaxaca de Juárez llega momentáneamente a tratar de inducir el tráfico, a detener la apresurada marcha de automovilistas. Usan sus manos y el sonido de un silbato para dar indicaciones.


“La gente todavía no está acostumbrada a este señalamiento porque el semáforo no ha sido retirado, nos falta bastante para tener esa cultura vial”, explica el policía vial Heriberto García Morán.


A una cuadra, en el cruce de la calle de Abasolo con García Vigil, los semáforos tampoco funcionan, una dificultad vial que enfrenta todos los días Teresa Altamirano por ser una esquina muy cercana a su casa.


Comprueba otra vez esa falta de educación hacia el peatón, lo que le complica poder caminar sin riesgos ni la necesidad de alzar sus manos para exigir la preferencia para pasar de una acera a otra, y expresa:


“Sí, es un poco difícil porque nos falta mucha educación vial, máxime a los taxis, no nos dejan pasar, yo hago señas y digo que respeten mis canas porque a veces se juntan, pasan, pasan, pero no nos dejan hacerlo a nosotros”.


El peligro que representa cruzar una calle del centro, que carece de semáforos, hace que para Leonor Agustín, quien lleva 32 años vendiendo frutas en la esquina de Reforma y Abasolo, tampoco acepte el programa vial “Uno por Uno”.



Sin respeto, los derechos de peatones. FOTO: Mario Jiménez

"No estoy de acuerdo en que quitaron los semáforos; nadie respeta el paso y es muy peligroso con los niños que salen de la escuela”, dice al referirse a la Primaria Abraham Castellanos, sobre la calle de Reforma.


El peatón, al último


Además de estas tres intersecciones, en al menos otras 13 se ha implementado el programa “Uno por Uno”, lo que ha vuelto casi invisibles a los peatones.


“Es bueno, porque el tráfico es más fluido, el problema es para el peatón”, relata Lilia Leyva Mendoza, quien recuerda que el pasado 21 de diciembre pasó diez minutos esperando que conductores le otorgaran el paso en el cruce de Mier y Terán e Hidalgo, donde se localiza la tienda que expende refacciones agrícolas para la cual trabaja.


La calle no se queda sin movimiento. El ir y venir de vehículos de motor no para, sobre todo en el día. Las franjas amarillas del paso peatonal las ha borrado la imprudencia.


Peatones pueden cruzar si no hay vehículos en movimiento o si conductores ceden el paso. La cultura vial, donde el peatón es primero, está en construcción.


Más percances


Fueron sustituidos en años recientes, pero en la actualidad, los semáforos de las 13 intersecciones en la Calzada Niños Héroes, desde la zona aledaña al Cerro del Fortín a la calle de Manuel Ruiz, funcionan con graves problemas.


Desde el jueves, el que se localiza en la esquina de esa calzada con la calle de Macedonio Alcalá se apagó y otro se quedó fijo en el color rojo.


“Ni un sólo agente ha venido, pasan y no se detienen”, relata Manuel Antonio Velásquez Hernández, quien desde el taller mecánico donde trabaja, ve las dificultades que enfrentan peatones; “afortunadamente no ha habido un accidente”.


Su afirmación pierde vigencia unos minutos después: un autobús del transporte público alcanza la defensa trasera de un vehículo rojo, ante los ojos de un par de agentes de vialidad que intentaban encauzar el tránsito.



Pasos peatonales sin el adecuado señalamiento. FOTO: Mario Jiménez

“Nos detuvimos porque la chica nos dijo y entonces él nos pegó”, expresa Jenny Martínez, una turista originaria de Veracruz que viajaba en el asiento de copiloto, en una travesía cuyo destino es las Bahías de Huatulco.


“Los semáforos no están funcionando bien, el agente de tránsito dio la orden de que nos jaláramos, se movieron los que estaban al lado mío”, es parte del argumento de Miguel Reyes Rafael Alejandro, conductor del autobús.


“Le di el paso para los que vienen bajando de Alcalá, pero el urbanero no puso atención; sin embargo, sí el conductor del vehículo, los que venían al costado, todos se pararon, a excepción del urbano”, es la explicación de la agente vial Wendy.


Para el subcomisario de Vialidad del municipio de Oaxaca de Juárez, Rodolfo Brena Güereca, la falta de refacciones y soporte técnico ocasiona problemas recurrentes en el funcionamiento.


“A veces me lo arreglan hoy y en un par de días, por decir lo mejor, me vuelve a dar guerra”, esto nos ha hecho esclavos de los semáforos, un día y el otro también”, se excusa.


En los tres días que ha ido y venido del Hospital de Zona Número Uno del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Ricardo Ibáñez, ha comprobado que con un semáforo descompuesto hace que los peatones corran el riesgo, pero esa situación se repite en los lugares donde sí funcionan porque “no respetan”.



Percances, el común en intersecciones con semáforos descompuestos. FOTOMario Jiménez

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.