Pasar al contenido principal
x

“Ya do quiedo sed adulto”: la nostalgia de la infancia

adultez_puede_significar_un_desafío
Foto(s): Cortesía
Redacción

Luz Alejandra García Rodríguez

Te levantas un domingo por la mañana, estás emocionado(a), porque sabes que encontrarás grandes sorpresas debajo de aquel árbol que te dejaron los reyes magos o Santa Claus; recuerdas la sensación en tu cuerpo, el tiempo en familia, los juegos y toda la alegría de aquel momento… Ahora regresas al aquí y al ahora, ¿qué emociones te mueve ese recuerdo? ¿Te acaba de dar una chispa de alegría?...

Considero que, a todos, todas, todxs, en algún momento nos ha pasado por la mente el querer que exista una máquina del tiempo, para viajar, regresar al pasado y convertirnos en niños, adolescentes o dos años menor nuevamente, a esa etapa pasada en donde sentíamos gran bienestar, donde podemos encontrar a nuestra persona favorita/amada o simplemente donde podíamos disfrutar de dos semanas de vacaciones, sin preocupaciones aparentes. O en ocasiones, basta encontrar una foto, un juguete, que llegue un 30 de abril o un recuerdo que se dé por una plática en familia para añorar esa etapa tan vital.

No es por nada que en este mes ya comiences a ver o tú mismo cambies tu foto de perfil del Facebook por una donde estabas más pequeño. La etapa de la infancia y de la adolescencia está plagada de elementos que pueden traernos recuerdos agradables, llenos de afecto, aquellos donde exploramos, descubrimos y aprendemos a combatir con nuestros miedos, creamos sueños, nos visualizamos a futuro, aprendemos cómo queremos ser de adultos o qué patrones no queremos repetir, en fin, desarrollamos la resiliencia y demás habilidades que nos ayudarán a vivir y transitar la vida adulta.

 

De pequeño anhelamos ser adultos, de adultos, aprender a ser pequeños

Es interesante, esa disyuntiva que conlleva la vida, ya que cuando somos pequeños anhelamos ser adultos y cuando somos adultos queremos ser menores, tal vez por considerar que es un periodo libre de preocupaciones y sentimos que poseemos mayor libertad, ya que podemos sentir que nuestros adultos cuidadores se encargan de proveernos de los aspectos materiales y afectivos, sin hacer gran cosa nosotros, y es un instinto natural, que, como personas, tendamos a comparar el pasado con el presente.

Por lo que, la adultez puede significar un gran desafío, ya que en esta etapa nos hacemos responsables de las relaciones laborales, las relaciones familiares, las relaciones de amistad, las relaciones de pareja y la relación que tengamos en comunidad, en fin, con el todo. Llega el momento que el que nos comenzamos a ver envueltos en múltiples obligaciones y responsabilidades, en tener que aprender a administrarnos para poder cubrir todas nuestras necesidades básicas, en buscar opciones de ahorro, prevenir nuestra vejez, el aprender a relacionarnos laboralmente con personas con las que tal vez no hagamos clic, el aprender a solucionar conflictos en las relaciones interpersonales, en cumplir con los roles que tengamos, aprender a ser responsables afectivamente, el aprender a soltar y comenzamos a preocuparnos por la muerte.

En donde la adultez conlleva en muchos momentos diferentes niveles de estrés, preocupación o situaciones en la que nuestras decisiones son trascendentales, es donde, al igual que en la infancia pensamos que tenemos problemas muy grandes, capaces de devorarnos y sacudirnos. En consecuencia, llegamos a hastiarnos, pensando y sintiendo que estamos esclavizados en una rutina monótona de trabajo y vida social y familiar. Perdiendo aquella espontaneidad, curiosidad, capacidad de asombro y libertad con la que contábamos en una etapa anterior.

Por lo que al voltear a etapas anteriores (que cabe señalar cada uno tendrá una etapa de vida favorita diferente), abrimos un baúl cargado de recuerdos de quienes somos, que explican nuestra historia y nos ayuda a darnos sentido en lo que somos ahora, ya que rememoramos lo que fuimos y la evolución que hemos realizado o estamos realizando en el presente.

Por esta razón, es que cuando abrimos ese baúl de recuerdos, tendemos a experimentar una serie de sensaciones en el cuerpo, apoderándose brevemente en la mayoría de los casos, la nostalgia de nosotros. Si nos vamos a las raíces etimológicas la nostalgia proviene de los términos griegos nostos– que significa “regreso”, “volver a casa” y algos– que significa “dolor”, lo cual significa que es un sentimiento de pena o tristeza que se  experimenta al recordar un momento, persona o lugar que nos ha hecho feliz en el pasado, y que actualmente ya no forma parte de nuestra vida. Por lo cual, suele catalogarse a la nostalgia como una emoción compleja, ya que implica por un lado el recuerdo de algo pasado y al mismo tiempo puede conllevar a darnos alegría, por lo que, cada persona puede vivirla con formas, matices y colores diferentes.

 

La nostalgia

El concepto de nostalgia fue acuñado por primera vez en 1688 por el Dr. Johannes Hoffer, quien la catalogó como un “trastorno mental”, puesto que relacionaba esta condición con la necesidad que tenían los soldados suizos por regresar a su hogar. El doctor describió que sus pacientes experimentaban episodios de llanto, ansiedad, latidos irregulares y, en los casos más severos, hasta mostraban dificultad para respirar. No obstante, los estudios más recientes demuestran que este sentimiento nostálgico es muy frecuente en las personas, por lo que ya no se le considera como una enfermedad mental.

Por lo que podemos llegar a preguntarnos, ¿Por qué sentimos nostalgia por ese pasado?

Desde las neurociencias se ha investigado a la nostalgia como un sentimiento que puede ayudar a disminuir el dolor y mejorar la percepción de nuestro bienestar psicológico, por lo cual, nos ayuda a mitigar el impacto negativo de las situaciones difíciles. Se origina en ocasiones por una canción, una foto, un olor, un lugar o el reencuentro con una persona con la que tuvimos una relación cercana y tenía tiempo que no veíamos. Es por eso cuando vemos en cualquier red social un anuncio de alguna caricatura, dulce, refresco, o comercial de una etapa anterior, sentimos nostalgia y a la par, el expresar frases “fue una buena infancia y no lo sabía”, “que grandes recuerdos”, entre otros

Dicho recuerdo, envía estímulos al cerebro, el cual procesa dicha información mediante el sistema límbico, el cual se encarga de recibir la información del exterior y determinar si es una amenaza o no, reaccionando de manera rápida, innata y emocional, por ende, dicha información también pasa por el razonamiento y es así que podemos interpretar esa experiencia vital, dando origen a los sentimientos y en este caso a la nostalgia.

En diversos estudios, se ha demostrado que la nostalgia se puede utilizar para combatir la soledad, para avanzar desde el presente atascado e insatisfecho hacia el futuro, para combatir los sentimientos de pérdida y muerte y mejorar la capacidad para superar circunstancias traumáticas (resiliencia), así como para potenciar la creatividad, entre otros.

Por lo que, si te invade la nostalgia un día, primero permítele estar contigo, dialoga con ella, intenta entender el para qué se presenta en estos momentos en tu vida; ten paciencia y recuerda que es un proceso que lleva su tiempo. Puedes acercarte a tu red de apoyo en dado caso que lo necesites y si en algún momento consideras que la nostalgia puede estar invadiendo varias áreas de tu vida, acude a un profesional que se encuentre certificado y que pueda acompañarte en este proceso.

Recuerda que la nostalgia hace que nuestro ayer y hoy tengan una continuidad. Ya que promueve el equilibrio emocional ante los pensamientos y situaciones negativas.

 

*Luz Alejandra García Rodríguez, licenciada en psicología, maestrante en terapia familiar sistémica.

 

 

¿Por qué sentimos nostalgia por ese pasado? Desde las neurociencias se ha investigado a la nostalgia como un sentimiento que puede ayudar a disminuir el dolor y mejorar la percepción de nuestro bienestar psicológico, por lo cual, nos ayuda a mitigar el impacto negativo de las situaciones difíciles. 


 

En diversos estudios, se ha demostrado que la nostalgia se puede utilizar para combatir la soledad, para avanzar desde el presente atascado e insatisfecho hacia el futuro, para combatir los sentimientos de pérdida y muerte y mejorar la capacidad para superar circunstancias traumáticas.


 

 

 

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.