Hace unos días leí una publicación en la que se decía “Ya chole con el Principito”; pensé que era un mensaje directo hacia mí, debido a que un par de meses atrás retomé la lectura de tu obra cumbre para montar algunas escenas con mis alumnos.
Durante 20 años vivió un matrimonio dichoso porque su mujer, Sofía Berhs, también gustaba de escribir y le prestó invaluables servicios como copista, fotógrafa, administradora de su hacienda y madre de 13 de sus hijos.
Esta hermosa novela corta revela una imaginación portentosa, un gran dominio del lenguaje, un elegante y muy efectivo sentido del humor que agiliza la lectura.