Florián es un niño que por razones médicas debe permanecer indefinidamente en cama; él siente una fascinación por las historias de miedo y los fenómenos paranormales.
“El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta ‘el modo imperativo’. Yo siempre les aconsejo a mis estudiantes que si un libro los aburre, lo dejen"