Un problema de emergencia sanitaria viven habitantes de asentamientos cercanos a los ríos Salado y Atoyac, por el alza en el ídice de enfermedades diarreicas agudas, todas relacionadas con la grave contaminación de esos afluentes.
Sólo en las unidades médicas de los Servicios de Salud de Oaxaca, que atienden a población abierta de ese sector, documentaron más de 12 mil casos de enfermedades gastrointestinales en habitantes cercanos a esos ríos en los últimos cinco años, informó Marco Antonio Castellanos Roldán y comparó la situación con la que viven comunidades africanas.
En entrevista previa a su encuentro con presidentes municipales electos, el delegado estatal de la Asociación Mexicana de Directores Responsables de Obra, AC, destacó que la atención de esos padecimientos, que son prevenibles cuando se cuenta con un plan estratégico de saneamiento ambiental, cuestan por año mil 200 millones de pesos, de acuerdo con un estudio realizado por ese gremio.
El también experto en diseño, instalación y operación de plantas de tratamiento de aguas residuales, dijo que la escasez de agua limpia y la contaminación que sufren los cuerpos y espejos del vital elemento, no son temas menores, pues han generado más de 12 mil casos documentados de enfermedades diarreicas agudas, que afectan principalmente a niños y personas de la tercera edad.
De acuerdo con el análisis, las enfermedades diarreicas agudas lesionan la economía de los pacientes por los gastos que realizan en consultas y compra de medicamentos. Además, derivan en ausentismo laboral por incapacidad médica si se trata trabajadores en activo, señaló el empresario.
Comentó que el problema por contaminación del río Salado, no aguanta más. La contaminación inicia en Mitla y continua río abajo por las descargas en bruto de aguas negras. El Atoyac, por su parte, presenta los mismos grados de contaminación porque ha imperado el desinterés de autoridades municipales.
De 70 de los principales municipios del Valle, sólo 25 cuentan con plantas de tratamiento de aguas residuales que operan con regularidad, expuso el funcionario.
Cada municipio presenta problemáticas distintas. La Villa de Etla, por citar un ejemplo, tiene dos plantas de tratamiento de aguas residuales, pero ninguna funciona.
mil 200
millones de pesos al año cuesta la atención de pacientes con males derivados de la contaminación de ríos
25
municipio, solamente, cuentan con plantas de tratamiento de aguas residuales.
