En Oaxaca, 5 mil 476 personas han sido desplazadas de forma forzosa por diversos conflictos o situaciones de inseguridad, entre ellos 128 habitantes de la comunidad de Guadalupe Victoria, del municipio de San Juan Juquila Mixes, cuyo dirigente Crispín Reyes Pablo fue asesinado este viernes 15 de julio.
De acuerdo con el libro “Desplazamiento Forzado Interno en México: Del reconocimiento a los desafíos”, autoridades federales como la Secretaría de Gobernación, y expertos en el tema afirman que, en Oaxaca, la mayor parte de los desplazamientos suceden en el marco de conflictos agrarios y comunitarios de origen político, muchos de ellos vinculados con disputas derivadas de contextos electorales.
En el caso concreto de Guadalupe Victoria el desplazamiento forzoso está directamente relacionado con el conflicto agrario que mantienen con el municipio de San Pedro Ocotepec, donde se han suscitado agresiones armadas que han provocado desplazamientos hasta más allá de la frontera norte del país.
Sin embargo, en la entidad, de acuerdo a los expertos, en las rivalidades políticas que generan desplazamientos, un elemento particular es la existencia de comunidades regidas por el sistema de usos y costumbres, y la coexistencia de éste con la presencia e influencia de partidos políticos y otros grupos con que se vinculan.
“Aunque no se trata de una característica presente en la mayoría de los casos identificados, una particularidad del escenario oaxaqueño es la aplicación de multas y castigos a personas de la comunidad como factor detonante de desplazamientos forzados; asimismo, más de una vez se ha mencionado la práctica de detenciones arbitrarias de miembros de las comunidades desplazadas”.
Usos y costumbresAñade que, en algunas ocasiones, el sistema de usos y costumbres ha sido utilizado para justificar tanto este tipo de acciones violentas, determinadas por autoridades locales, como la omisión de los gobiernos locales al momento de atender los conflictos, lo que aumenta la vulnerabilidad de las personas afectadas que necesitan protección.
Subraya que los desplazamientos forzados internos en entidades como Oaxaca reflejan una afectación desproporcionada hacia comunidades indígenas, quienes tienen un apego y relación especial con el territorio, elemento central de su cultura, organización social y subsistencia.
“Desplazar a la población indígena de sus tierras tradicionales tiene consecuencias prácticas y simbólicas que pueden ser traumáticas e, inclusive, irreparables; además, se trata de un grupo humano que se enfrenta a desafíos adicionales al sufrir este fenómeno, tales como la falta de atención culturalmente adecuada y de información disponible en su lengua materna”.
Violencia
5,476 personas han sido desplazadas de forma forzosa.
128 en la comunidad de Guadalupe Victoria, en San Juan Juquila Mixes.
