El 50 por ciento de los establecimientos frente a la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) han decidido cerrar, ya sea de manera temporal o permanente, debido a que, la huelga y ahora la contingencia para prevenir COVID-19, los están dejando sin clientes.
Gabriela García, dueña de un lugar de fotocopiado, declaró que durante la huelga de la Universidad llegaba “una que otra persona”, a diferencia de esta primera semana de cuarentena que sólo abre “para ver si a alguien se le ofrece el servicio".
Durante el recorrido realizado por Noticias Voz e Imagen se observó que varios locales ubicados sobre la avenida Universidad lucían vacíos mientras otros tenían sus cortinas de metal abajo.
La mayoría de los locatarios lucían cabizbajos, aburridos y utilizando su celular o computadora para pasar el tiempo, pues las calles de esa zona están vacías y al estar cerradas escuelas, la universidad y centros de trabajo, la mayoría se queda sin encargos.
En algunos locales se leen ofertas de trabajo, pero ya permanecen cerrados. Otros dejan sólo una cortina abajo, pues han acortado su horario de servicio.
“Primero fue la huelga, estuvimos así por un mes o más, pero pasaba la gente que quería copias o engargolado; ahora está peor, como pidieron que nadie salga de su casa, pues no están saliendo”, detalla doña Gabriela.
La microempresaria mantiene abierto su local para que la gente sepa que su negocio sigue abierto, pero admite que desde el pasado viernes apenas y tiene uno o dos clientes.
Sobre la avenida Universidad, a pesar de tener cuatro cafeterías, solamente una se mantiene abierta gracias al servicio a domicilio que ofrece, además que se encuentra dentro de la plataforma de pedidos de comida Uber Eats.
No obstante, no todas corren con la misma suerte, pues una cafetería que durante la huelga todavía tenía algunas ventas, cerró.
“Con eso de la contingencia nos en la necesidad de cerrar. Las ventas cayeron más, por eso nos duele, pero decidimos que era mejor entregar el local”, declaró la empresaria.
Uno de los empleados relató que cuando había clases, los estudiantes visitaban el lugar para desestresarse y que el lugar siempre estaba lleno, pero las ventas fueron cayendo por la huelga.
Al regresar los jóvenes a clases, los comerciantes creyeron que mejorarían las ventas, pero no tenían planeado que comenzaría una contingencia sanitaria que -aseguraron- “es peor que la huelga”.
