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Sobreviven entre polvo y lodo

Foto(s): Cortesía
Redacción

Aún cuando el gobierno de la ciudad mantiene un programa permanente de bacheo y repavimentación, los esfuerzos no son suficientes para mantener la carpeta asfáltica en condiciones transitables, debido, entre otras cosas, a las condiciones climáticas, el abandono a su mantenimiento, obras de drenaje inconclusas y la insuficiencia de recursos para aplicar en este tipo de obras.


Accidentes de tránsito, alta contaminación, inversiones fuertes para la reparación de vehículos e incluso una comunidad estresada, es parte de lo que ocasiona el circular diariamente por calles cuyos baches semejan enormes cráteres lunares, hecho que cada día genera mayor molestia entre la sociedad.


Caos vehicular por baches


En cada zona de la capital oaxaqueña y avenidas que conectan hacia los municipios conurbados, por lo menos un agujero es sorteado por automovilistas, lo que produce la demora en la circulación y en consecuencia caos vehícular.


En un esfuerzo coordinado de los gobiernos estatal y municipal actuales, se desarrolla un programa de bacheo en la capital oaxaqueña, cuya inversión es de 60 millones de pesos aplicados de forma bipartita, para tratar de resolver una parte del problema; sin embargo, hay zonas en las que, por el momento, no pueden ser atendidas a falta de dinero.


La Prolongación de Guadalupe Victoria es un ejemplo de abandono e indiferencia por parte de los responsables de mantener esta vialidad en condiciones adecuadas, denuncian vecinos de la misma, quienes refieren que durante un año han visto el deterioro de esta arteria que enlaza al Periférico con las Riberas del Atoyac, un desahogo vial prioritario para la ciudad.



Sendos cráteres hay en la Prolongación de Victoria. FOTO: Emilio Morales

Calles dañadas colapsan economía


Patricia Pérez Díaz, vecina y comerciante del lugar, lamentó que las obras necesarias para rehabilitar esta calle, no se encuentren dentro del plan de trabajo de ninguna dependencia, ni estatal ni municipal desde hace muchos años, pues no guarda memoria reciente de alguna actividad de mejora.


“Hace una semana, solamente vi unas camionetas que vinieron a poner piedras; es la única vez que me consta que se hace algo; fuera de ello, esta calle nunca la arreglan y lo peor es que desde hace un año está así de fea”, dijo.


Sus ingresos los obtiene por un pequeño comedor del que hoy han bajado sus ventas, debido a que la enorme polvadera que se levanta por el paso de vehículos en lo que un día fue calle pavimentada, penetra a su local.



Doña Emma Cruz Pérez, otra de las vecinas afectadas. FOTO: Emilio Morales

“Eso es en lo que no piensan, en que tenemos que comer y para eso ponemos nuestros negocitos; ahora, con esto, los clientes prefieren comer en otros lugares y quienes perdemos somos nosotros; no es justo, es necesario que alguien ponga fin a este problema”, dijo.


Doña Emma Cruz Pérez, propietaria de una tienda de abarrotes, también señaló su molestia por la falta de reparación del lugar y argumentó que sus productos tanto como su salud, son afectados por esta situación; tiene 20 años viviendo en el lugar y dice que en los últimos doce meses se refleja una pésima condición de la calle.


“A cada rato tenemos que limpiar el producto; aquí vendo algunos alimentos que también se contaminan con el polvo, que igual nos daña en la salud, llueve y es lodo, se seca y puro polvo”, expresó.


Nadie repone los daños



Luis Hernández, vecino de la zona se queja que nadie repone los daños que sufren los vehículos. FOTO: Emilio Morales

La vivienda de Luis Hernández está ubicada en la Prolongación de Guadalupe Victoria; diariamente es un viacrucis salir o llegar de ahí, ha invertido -dice- una gran cantidad de dinero en la reparación de su vehículo que ya dos veces ha parado en el taller porque se le afectó la suspensión de tanto recorrer ese tramo que no alcanza ni los 300 metros.


“No me gusta decir groserías, pero aquí las cosas no mejoran desde hace más de un año; la verdad es que ya no sabemos ni con quién quejarnos ni qué hacer; la calle es un asco y no se vale, porque todos aquí pagamos impuestos”, acusó.


Luis lamentó que los ciudadanos que transitan por esa calle, tengan que padecer en su patrimonio las consecuencias de la desatención institucional; pero sobre todo, dijo que no pueden acudir a ninguna institución que les ampare por los daños que les ocasiona el tramo vial.

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