Trabajadores de supermercados comparten que para los oaxaqueños es difícil respetar la sana distancia en las filas de las cajas para pagar sus productos, a pesar de que está marcada la distancia que deben tener.
Esta es una de las medidas que se ha implementado en supermercados y tiendas en las que hay gran afluencia de personas, cuyo fin es mantener un espacio social adecuado entre consumidores y evitar la propagación del COVID-19.
No obstante, ha sido difícil para las personas y trabajadores de estos lugares el acostumbrarse a respetar esa distancia de un metro y medio, lo cual fue recomendado por la Secretaría de Salud.
“Al principio sí era difícil que lo respetaran, porque no teníamos marcada la separación de un metro; y cuando ya lo pusimos, algunos comenzaron a colocarse en las rayas y otros no”, mencionó Graciela Pérez, trabajadora de un supermercado ubicado frente al Hospital Civil Aurelio Valdivieso.
En el piso hacia las tres cajas de este supermercado, se pueden observar pedazos de cinta delimitadoras color negro con amarillo, cuya separación entre ellos es de un metro, además de que tiene colocados unos letreros de “sana distancia” para que las personas conserven su distancia.
La gente no cree
La trabajadora menciona que al solicitar a las personas respetar la sana distancia, algunos sólo se molestan, pero ocupan el lugar correspondiente; sin embargo, hay otros que han llegado a discutir con ella.
“Nos dicen que eso no existe, que es un invento del gobierno y que no se van a mover, pero nosotros los tratamos con respeto para que no haya ningún contratiempo en la tienda”, señala.
Lo mismo sucede en otros supermercados con más afluencia de personas, donde tampoco respetan los señalamientos de sana distancia, a pesar de que son visibles.
“Ay, yo no creo en esas cosas. Como si me fuera a contagiar por estar junto a una persona. En el whats dicen que es una mentira, que sólo lo hacen para asustarnos, pero yo no me asusto”, afirma un comprador a las demás personas, mientra espera su turno para pagar en la caja.
Si uno no respeta, tampoco otro
Al cuestionar a algunas personas el porqué no mantienen y respetan la sana distancia, señalan que al principio sí lo hicieron, pero otras personas no.
“Cuando apenas colocaron aquí las cruces para mantener la distancia, yo estaba parada en uno y de repente llegaron a formarse delante de mí más personas y pues me quitaron mi lugar; por eso prefiero estar junto a que me pase lo mismo”, relata una cliente.
Durante la visita a un supermercado, se observó que incluso hay niños que quieren respetar la distancia al pararse sobre la señalización de la sana distancia; no obstante, son los padres quienes les piden que se coloquen cerca de la persona de enfrente.
Poco a poco se acostumbran
Graciela afirma que poco a poco se ha acostumbrado la gente a mantener su distancia, lo cual podría ser porque la afluencia ha disminuido en el supermercado.
“La gente se ha ido acostumbrando poco a poco, pero ya lo respetan, creo que todo es poco a poco. Aunque pienso que es porque ya no vienen muchos y no se desesperan”, afirma.
La trabajadora espera que la mayoría de las personas puedan acostumbrarse a respetar la sana distancia, además de que entiendan que la enfermedad sí existe y que estas medidas sanitarias son necesarias para evitar los contagios masivos, como ha ocurrido en otros países.
“Ya veo más personas con cubrebocas y utilizando el gel antibacterial; eso es bueno porque así se cuidan ellos y también a nosotros que estamos aquí todo el día”.
Recomendaciones:
Si tengo que esperar en una fila, mantengo una sana distancia de 2 a 3 brazos.
Si tengo que ir al supermercado, voy solo y procuro una sana distancia mientras hago fila.
Procuro conversar teniendo una sana distancia con la otra persona.
Cuando voy de compras, mantengo una sana distancia al pedir, recibir y pagar la mercancía.
