Pequeños comerciantes oaxaqueños han creado nuevos productos y nuevas formas de venderlos para seguir teniendo ganancias y conservar a su personal durante la contingencia sanitaria por el COVID-19.
Arturo López, quien tiene una cafetería y repostería, señaló que en un inicio, cuando las escuelas cerraron, sus pedidos de pasteles disminuyeron drásticamente, por lo que decidió turnar a sus dos trabajadoras.
“Hablé con ella y les dije lo que estaba pasando y que no tenía caso estar los tres si no íbamos a trabajar; les comenté que les iba a dejar su sueldo a la mitad y una descansaría una semana”, detalló.
Arturo mencionó que llegó a la conclusión de que no podía hacerles eso; por ello pensó en alternativas para continuar vendiendo, por lo que creó nuevos productos, ofreció el servicio a domicilio y está abriendo los domingos sin que tengan que trabajar sus empleadas.
“Cuando llegó la semana en la que una debía irse a descansar les dije que no, que íbamos a seguir trabajando normal como lo habíamos hecho y estábamos teniendo buenas ventas”, recordó.
Sin embargo, les advirtió que en caso de que las ventas bajaran, sí iba a tener que mandar a una a descansar, “pero hasta el momento, seguimos trabajando normal y con su sueldo completo”.
El microempresario, a pesar de que sabe que sus productos no son de primera necesidad, menciona que ha tenido buenas ventas, pero “es cosa de estarle buscando, nosotros no podemos darnos nuestra cuarentena”.
Relató que todos los días está ofreciendo opciones diferentes, sacando nuevos productos, “buscando una forma de agradar y venderle al mercado que nos ha funcionado”.
Agregó que tiene un dinero ahorrado el cual podría usar en caso de que las ventas bajen o tenga que cerrar, el cual usaría para pagar la nómina de sus trabajadoras con las que lleva más de 2 años trabajando.
A pesar de que han subido los precios de los insumos como la caja de huevos, el cual costaba 720 pesos y ahora lo ha conseguido en 930 pesos, no puede aumentar el costo de sus productos porque ya no los comprarían.
También relató que tiene familiares que están cosechando zarzamoras y no los han podido vender porque han prohibido los tianguis, por ello, él está vendiéndolos a domicilio en su cafetería.
“Ya van 3 semanas que me traen casi 40 kilos y sí se han movido; es cuestión de buscarle y sacar todo”.
