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Destella el legado de Maison Cartier, en México 

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Foto(s): Cortesía
Redacción

Agencia Reforma

CIUDAD DE MÉXICO.- En el número 13 de la Rue de la Paix, en París, María Félix (1914-2002) apareció un día con una cría de cocodrilo en las manos, pidiendo a los joyeros que lo replicaran. O así lo preserva la leyenda.

Sea ésta cierta o no, la pieza con que la afamada Maison Cartier respondió a la petición de la gran diva del cine mexicano constituye una de sus joyas históricas más atractivas: un collar de cocodrilos engarzados de oro macizo, con incrustaciones de diamantes, esmeraldas y rubíes.

La exposición

Emblemáticos y pesados broches cuyo retorno a México como parte de la exhibición "El diseño de Cartier: Un legado vivo”, que abrirá al público el 15 de marzo en el Museo Jumex, ya ha generado gran expectación.

"Yo no pensé que fueran a causar otra vez tanta sensación", cuenta en entrevista Ana Elena Mallet, curadora de la exposición que comenzó a planearse desde antes de la pandemia y cuya museografía corre a cargo de la arquitecta Frida Escobedo.

Regreso de piezas a México

Y es que esta muestra representa el regreso al país tanto de las exóticas joyas de "La Doña" como de varias de las importantes piezas de la Colección Cartier, de las cuales ya una selección se expuso en el Museo del Palacio de Bellas Artes, hace casi 24 años.

"Para mí fue muy significativo todo el show alrededor de esa exposición, y entender que ese tipo de material podía y debía llegar a un museo de arte", agrega Mallet, quien de inmediato aceptó la invitación a curar la muestra del Jumex, convencida de la importancia de que la joyería y la cultura material sea revisada desde el punto de vista de los discursos artísticos.

Así, desde la libertad para trabajar directamente con las áreas que integran Cartier Heritage -colección, archivo y departamento de iconografía-, la curadora concibió un recorrido histórico, aunque no lineal, para entender el desarrollo de la casa, cuyo estilo ha sido favorito de la realeza, de millonarios y de estrellas del séptimo arte.

Características de la exhibición

Son cinco núcleos que dividen la exhibición, empezando por "Los primeros años y el nacimiento de un estilo", que arranca con el establecimiento de la Maison en 1847 por Louis-Francois Cartier; la fundación de la que se convertiría en símbolo del lujo, el prestigio y la elegancia.

Después, "Curiosidad universal", abordando el despliegue de los tres nietos de Cartier por diferentes ciudades: Louis-Joseph, en París; Jacques-Theodule, en Londres, y Pierre Camille, en Nueva York. Así como sus viajes por el mundo, de donde surgieron motivos inspirados en regiones y culturas como el Antiguo Egipto, India, Asia y Oriente Medio.

Prestigio creciente

Es ahí cuando, además de acrecentar el prestigio de la firma y granjear clientes y coleccionistas, la utilización del platino les permitiría perfeccionar el estilo "guirnalda", una de sus creaciones, "que empiezan a utilizar algunos de los Maharajá de la India", apunta Mallet.

Posteriormente, una de las secciones más importantes: "El gusto de Jeanne Toussaint", acerca de la creadora que fuera nombrada directora artística de Cartier en 1933, lo cual para la época resultaba totalmente anormal, según cuenta la curadora.

"Louis (Cartier) se dio cuenta de que ella tenía un gusto muy específico y que entendía las tendencias", explica Mallet.

"Era una mujer con un gusto muy sofisticado, entendía muy bien los cambios, pero además entendía también cómo podía innovar exagerando en algunas cosas, haciendo cambios de tonos en los colores, en el uso de las piedras".

Piezas favoritas 

De ella es una de las piezas favoritas de Mallet en la muestra, que es un pequeño broche de un ave enjaulada, hecho de oro blanco con coral, lapislázuli y diamantes. Lo diseñó cuando los nazis irrumpieron en París, clamando que no volvería a crear nada más hasta que estos desocuparan la capital francesa.

"Y entonces, en el momento en que se acaba el sitio, diseña la contraparte de ese broche, que es un pájaro libre. Y ése lo vamos a tener en la exposición junto a los dibujos y bocetos del pájaro enjaulado", destaca la curadora, para quien este pasaje habla del peso simbólico que ha tenido la joyería en distintos momentos.

El cuarto núcleo se titula "Medir el tiempo y portar la belleza", y habla de los relojes de Cartier, como el Santos, el cual idearon en 1907 para el aviador brasileño Alberto Santos Dumont, quien se quejaba de no poder pilotar y sacar su reloj de bolsillo a la vez.

"Y entonces Cartier diseña el primer reloj de muñeca para que él pudiera manejar su avión y revisar la hora", remarca la curadora, agregando que también se podrán ver algunos de los relojes misteriosos con sus mecanismos invisibles, los cuales ilustran la innovación de la Maison, una constante a lo largo de su historia.  

La imagen de María Félix

Finalmente, "María Félix y los íconos de la elegancia", con 13 piezas que fueron propiedad de "La Doña".

"Todo está milimétricamente planeado (...) Hay todas unas reglas de conservación y montaje a las que tenemos que atenernos", subraya. "Ha sido toda una reestructuración del museo y habrá mucha seguridad. La gente de la Colección Cartier va a llegar la semana que entra; sólo ellos pueden manipular muchas de las piezas".

Montadas sobre una estructura piramidal proyectada por Escobedo, las más de 160 piezas permanecerán en exhibición hasta el 14 de mayo en Miguel de Cervantes Saavedra 303, Col. Granada.

 

"Ha sido toda una reestructuración del museo y habrá mucha seguridad. La gente de la Colección Cartier va a llegar la semana que entra; solamente ellos pueden manipular muchas de las piezas", Ana Elena Mallet, curadora.

 

 

 

 

 

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