El vaivén de un tallador de madera en la ciudad de Oaxaca, trabajar para vivir a sus 82 años
Es mediodía de sábado caluroso en la ciudad de Oaxaca. A una cuadra del zócalo, sobre la acera izquierda de la calle García Vigil, descansa en los escalones de un edificio colonial un hombre diminuto, sobre cuyas rodillas muestra apiladas bateas de madera. La temperatura de 32 grados centígrados hizo que se bajara el cubrebocas y decidiera hacer una parada. Es don Ricardo Jiménez, un tallador de madera, cuya vida transcurre en ir y venir de la Sierra Sur, para vender sus piezas.