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"Que pague su condena": esto dice la madre de un feminicida en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

Acostumbra madrugar casi todos los días, pero ayer Eugenia (cuyo nombre real se omite para guardar su identidad) se levantó a las 4:30 de la mañana para hacer una travesía que el rencor le ha impedido en casi un año: visitar a su hijo feminicida.

“Yo no quería venir a verlo”, expresa después de haber caminado una hora de su comunidad para llegar a un punto donde un trasporte público la llevara de la región de la Mixteca a Valles Centrales.

Con una calma nerviosa, Eugenia, de 62 años y madre de cinco mujeres y tres hombres, reconoce que olvidó su Clave Única de Registro Poblacional (CURP), indispensable para acreditarse en el reclusorio al que ha llegado. El resto de documentos los carga en una bolsa negra de plástico.

De baja estatura que marca su complexión robusta y con las emociones agolpadas en el pecho, en el único momento en que a Eugenia se le humedecen sus ojos es cuando habla de lo que siente por su hijo, pero sobre todo al pensar en la mujer que asesinó: “Pues rencor, porque yo quería mucho a mi nuera, por eso no quería venir a verlo”.

La misma noche que Pedro -nombre también ficticio- asesinó con violencia a su pareja, fue detenido por elementos policíacos adscritos al municipio donde se encontraba el domicilio de ambos, y puesto a disposición de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca.

El feminicidio fue tan evidente que la Fiscalía no demoró en obtener el auto de vinculación a proceso, pero la dilación de la justicia ha impedido que un juez determine los años de su sentencia.

La noche de la tragedia

Esa noche de mayo de 2022, la nieta de Eugenia, de cinco años fue trasladada al Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso, en Oaxaca de Juárez, para que recibiera atención médica. Si los elementos de la Policía Municipal hubieran demorado en detener a Pedro, ella pudo también ser asesinada.

“Yo vine por ella, mis otros hijos me avisaron lo que él hizo”. Ella quedó a cargo de su nieta porque con la familia materna casi no existía contacto y tampoco lo han hecho después del feminicidio.

“Mi nieta sabe lo que hizo su papá y mi nuera no convivió con sus gentes; nunca iba a ver a su mamá porque en su pueblo mataron a su papá, en su pueblo son muy malos”, así que Eugenia no insistió en ir a hablar con su consuegra para formalizar que su hijo comenzaba una vida de pareja.

Minutos antes de cruzar la puerta para ingresar al reclusorio, Eugenia no logra identificar qué siente ni lo que le dirá a su hijo, porque “soy un poco alterada, pero no es lo mismo estando ahí él encerrado”, pero al final reconoce que al haber crecido en sus entrañas, volverá a venir a verlo y más que en la justicia, cree que será Dios quien le hará pagar su pegado.

El Grupo de estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos (GESMujer) contabilizó durante 2022 un total de 146 asesinatos violentos de mujeres, de los cuales 43 ocurrieron en el domicilio, como el que Pedro cometió en contra de su pareja.

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