Al menos un millón de mexicanos son psicópatas, incluidos políticos, y no todos están en la cárcel, o en el mejor de los casos, en rehabilitación", reveló aquí Feggy Ostrosky, reurosicóloga con más de 30 años de labores docentes y de investigación en la UNAM.
En su participación en el Congreso Internacional de Psicología Integrada, que organiza la Universidad Anáhuac-Campus Oaxaca, la experta dijo que la psicopatía es un trastorno de la personalidad, y "está presente en todos los ámbitos de la vida, y el campo político, no es la excepción. Los hay en el PRI, el PAN y el PRD, pero no tendríamos elementos para generalizar.
Es un problema muy preocupante que afecta al 25% de la población penitenciaria del país, donde no existe una real readaptación. "Los psicólogos adscritos a los centros de reclusión, no cuentan ni con hojas de papel y un lápiz para escribir", señaló la experta en su conferencia "Neurología de la violencia".
"La ausencia de un sistema de readaptación real en los centros penitenciarios del país, ocasiona que el 60% de los internos por conductas delictivas, reincida al obtener su libertad".
Psicópatas, un millón de mexicanos
Los hay en PRI, PRD y PAN
Alcanza al 25 por ciento de la población penitenciaria
Sesenta por ciento de reclusos reinciden al recobrar su libertad
Ante estudiantes y catedráticos de la Universidad Anáhuac, la especialista explicó que "el gobierno le apuesta más a la construcción de más reclusorios que al impulso de acciones orientadas a fortalecer los valores humanos desde la educación inicial, y a la prevención de la delincuencia".
Más cárceles no bajan delincuencia
"Hacer más cárceles no es una estrategia humanizante", reforzó Feggy Ostrosky, compartió con la comunidad universitaria los resultados de varios estudios e ilustró que el total de eventos traumáticos sufridos en la infancia, así como el abuso emocional (carencia de necesidades básicas) y el abuso sexual (observar actos sexuLes a la fuerza) fueron elementos predictores del nivel de psicopatía.
A Feggy Ostrosky, le preocupa sobre manera la existencia de ocho millones de jóvenes "niños", aquellos que este país no estudian ni trabajan, y que sus condiciones de alta vulnerabilidad los convierten en presa fácil de las células de la delincuencia organizada. Estamos hablando de la tercera parte de los 25 millones de jóvenes que hay en el país
