Atraído por la publicidad que ofrece facilidades para acreditar estudios de bachillerato, Óscar Hernández se inscribió en una preparatoria abierta. “Sólo tiene que venir una hora y media todas las mañanas de lunes a viernes, también puede venir sábados o domingos de 7:00 a 15:00 horas”, le explicaron cuando llamó al teléfono del anuncio en la radio.
A cambio, Óscar debía pagar 690 pesos al mes durante un año. Así lo intentó y antes de que terminara el primer mes se desesperó, la carga laboral no le permitía “tener cabeza” para los estudios, y el método de enseñanza ni su edad ayudaban.
Después se enteró que el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval), permite acreditar (sin intermediarios) el bachillerato en un sólo examen “si los conocimientos fueron adquiridos de forma autodidacta o a través de la experiencia laboral”, como está establecido en el sitio web del organismo federal.
Es necesario inscribirse vía internet, pagar 2 mil 670 pesos para un examen global o mil 289 pesos por un examen de un sólo campo disciplinario en primera fase; y mil 800 pesos en una segunda fase. El actual período de inscripción finaliza el 11 de agosto próximo.
Obtener un papel
“Es mucha la presión para los estudiantes”, opina la directora del Centro de Educación Continua, Abierta y a Distancia (CECAD) de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Irma Yolanda Ortiz Acosta, quien advierte que en muchas ocasiones sólo se busca “lograr el objetivo de pasar un examen para obtener un papel”, preparándose para un examen sin que el conocimiento y aprendizaje sean prioritarios en este método de “certificación”.
El sistema no escolarizado o a distancia es una opción para que las personas con actividades laborales de tiempo completo concluyan sus estudios, vía que también tiene riesgos: elegir un centro de enseñanza que privilegie el pago por encima del proceso de aprendizaje o enfocarse en aprobar un examen para obtener un certificado, sin adquirir conocimientos que potencien el desarrollo profesional.
De acuerdo con la Coordinación General de Educación Media Superior y Superior, Ciencia y Tecnología en Oaxaca, se tiene un registro de 4 mil 826 personas que están por acreditar sus estudios mediante esa modalidad.
Para ello, se tiene registro de 59 centros de asesoría, 11 de los cuales corresponden al servicio particular. Se estima que ahí estudian 389 personas, menos del 10 por ciento de los aspirantes en este sistema creado para la población con la intención de iniciar, continuar o concluir la formación educativa del nivel bachillerato.
La experiencia con las 157 personas que actualmente estudian su bachillerato en el CECAD, permite a su directora calcular que entre el 80 y el 85 por ciento completan las asignaturas en un año y medio, porque estudian “de manera eficiente dos materias por mes”. De lo contrario, el proceso puede tardar hasta dos años.
Que no exista un horario para estudiar, que cada quien lo haga a su ritmo y que se acrediten 33 materias asistiendo a exámenes los fines de semana son algunas de las ventajas del sistema no escolarizado.
Aunque no existe límite de tiempo para culminar los estudios, para quienes laboran, no es tan fácil.
Alarmantes cifras en educación
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), mientras a nivel nacional la escolaridad promedio para las personas mayores de 15 años es de 9.2 grados -es decir secundaria terminada-, en Oaxaca ese promedio baja a 7.5 grados, lo que equivale a estudios inconclusos de nivel secundaria.
Lo que es peor, a nivel nacional 6 de cada 100 personas mayores de 15 años no saben leer ni escribir, pero en Oaxaca el índice es 13 por ciento de analfabetismo.
