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Nochixtlán: dolor y rabia

Foto(s): Cortesía
Redacción

Oaxaca.- La lluvia es silenciosa, repican las campanas del templo, los pobladores se concentran en la plaza, una caravana de automóviles baja por la calle principal. Todo es silencio. Se está de luto. Aquí en Asunción Nochixtlán, municipio de Oaxaca, murieron al menos 8 personas tras un enfrentamiento con policías federales y estatales.


Llegar es una odisea, hay que lograr pasar un retén y bloqueo que pobladores y maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han colocado sobre la supercarretera, en el tramo Oaxaca-Cuacnopalan, y sobre la vía federal.


El acceso desde Oaxaca está obstruido por un tráiler atravesado, piedras, montículos de tierra y vestigios de llantas incendiadas. Es necesario acreditarse ante sujetos que llevan cubiertos los rostros y cargan palos, varillas, machetes.


Es Progreso la calle que conduce a la plaza principal, una contradicción en esta comunidad. Por aquí avanza la caravana motorizada de maestros de la CNTE que realizarán un mitin en solidaridad con el pueblo de Nochixtlán y con dos de las personas que murieron en el enfrentamiento con la Policía Federal y Estatal el pasado domingo 19 de junio. Hoy es el sepelio de Jesús Cadena Sánchez, joven de 19 años de edad, estudiante del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos de Oaxaca, quien murió producto de las balas que recibió y de Oscar González, de 22 años.


En el Palacio Municipal de Asunción Nochixtlán hay oficinas de dependencias federales y estatales, manchadas de cenizas. En el templo a la Asunción de María se lleva a cabo a la misa.


Juan observa y escucha la misa desde fuera, el templo está llena. No quiere dar su nombre completo por temor, como muchos de los pobladores. Él también estuvo en el enfrentamiento.


“Cuando llegué ya estaba el combate, se pidió refuerzo y tuvimos que ir. Peleamos a mano limpia, nunca llevamos armas como ellos (la Policía Federal). Llegué antes de la balacera, poco después empezaron a disparar. Me tiré al suelo”.


“Entró el miedo porque nosotros no estamos acostumbrados a ello, luego empezamos a correr para protegernos, porque no teníamos cómo defendernos. Al lado mío iba un compañero, le tocó una bala en el brazo. Corrí a ayudarlo, apoyarlo y traerlo al médico”.


El hospital dependiente de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) cerró sin atender a los heridos, relata, presuntamente por órdenes del presidente municipal[tab]de Nochixtlán, Daniel Cuevas. Los heridos fueron llevados al templo para ser atendidos. “Eran muchos”, agrega.


Fue la policía


La lluvia vuelve a arreciar. Una señora con paraguas pide que se diga la verdad. “Fueron los policías los que dispararon, no fueron los maestros”, dice.


Una comerciante del mercado principal, afirma que recolectaron dinero para comprar medicinas y material de curación para los heridos.


Paz, exige frente de alcaldes


La misa de Jesús Cadena aún no termina. Afuera, la presidenta municipal de Yahuintlán, Luz Irene del Carmen Montes, uno de los 32 municipios que conforma el distrito de Nochixtlán, informa que 18 presidentes municipales del distrito se han sumado para exigir un cese a la represión en Oaxaca, a la ola de violencia y la renuncia de Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación Pública.


La presidenta, única mujer que gobierno en más de 30 municipios del distrito, sin embargo, también pidió a los profesores cambiar sus métodos de lucha. “Los métodos que han utilizado, nos los compartimos, porque ponen en riesgo la vida de miles de ciudadanos”.


Al sepulcro


La misa ha terminado e inicia la procesión. El féretro es colocado frente al quiosco, sobre el cual están integrantes de la CNTE, hay discursos.


Eligio Gómez, coordinador político organizativo de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEO) de la Sección 22 de la CNTE, afirmó que hubo policías federales encubiertos vestidos de civil para disparar contra los manifestantes. Responsabilizó a los gobiernos Federal y[tab]Estatal de los muertos el 19 de junio.


Silencio sepulcral


Termina el mitin y la procesión retoma su camino. Es una procesión en silencio, contrario a la costumbre en esta población y en la mayoría de los pueblos de Oaxaca, en las cuales hay música de banda acompañando. Esta vez todo es silencio.
El panteón está a escasos 20 metros de donde ocurrió la batalla entre policías federales, estatales y la CNTE.


Ya junto a la tumba, un hombre emite las palabras de despedida. El silencio se rompe, se escuchan los llantos inconsolables. “Venimos a pedirle permiso a la madre tierra que lo cuidará en su eterno descanso. Venimos a despedirlo como un héroe”, dijo, y[tab]los presentes entonan el himno nacional.


Entonces empiezan las consignas: “Jesús vive, la lucha sigue”, “tu muerte será vengada, ¿quién la vengará?, el pueblo organizado”, “a Jesús lo mataron policías desalmados”, “Jesús no murió, el Estado lo mató”.


Muerto sin dolientes


A la distancia está Guzmán Ramírez, quien desde hace dos años es el encargado de cuidar el camposanto. Él es uno de los testigos del arresto de al menos siete personas que no estaban en el enfrentamiento. Ese 19 de junio se llevaba a cabo un entierro, un grupo de hombres trabaja para escavar la[tab]fosa donde se enterraría el cuerpo.


Durante el enfrentamiento, policías federales rompieron las cadenas de uno de los accesos y los aprehendieron.


Guzmán Ramírez, una persona de alrededor de 60 años de edad, también intentaron detenerlo, lo encañonaron y golpearon; pero logró huir. Según sus palabras, prefería morir a permitir que se lo llevaran.


Cerca de la tumba donde fueron arrestadas al menos siete personas, los policías federales dejaron casquillos de armas de largo alcance y casquillos de pistolas de nueve milímetros.


Los pobladores también afirman que policías vestidos de civiles dispararon desde dos hoteles que están sobre la carretera federal 190. Los establecimientos son hotel Juquilita y, frente a este,  el hotel Merlín.


La gente ha abandonado el cementerio. Lo hace en silencio. A tan sólo unos metros el bloqueo a la carretera federal continúa. También continúan los vestigios de la batalla del 19 de junio.


Cita:


“Si la reforma educativa es represión, no la queremos, si es sometimiento, no la queremos, si es incapaz de dar a los profesores oaxaqueños razones para crecer, para construir, no sirve”:


Luz Irene del Carmen Montes, presidenta municipal de Yahuintlán


La refriega
8 muertos, cifra oficial
100 policías lesionados
800 policías, parte del operativo
23 personas a disposición del juez
150 mdp pérdidas reconocidas


Caravana “de lujo” de la S-22


ASUNCIÓN NOCHIXTLÁN.- Unos 20 vehículos de la Sección 22 del SNTE arribaron a este municipio para llevar víveres a los afectados por el enfrentamiento ocurrido el pasado domingo entre pobladores, maestros y policías federales y estatales.
Sin embargo, no llevaba más de una tonelada de alimentos y el convoy lo conformaban en su mayoría coches y camionetas de lujo, de modelo reciente .


En tanto, integrantes de organizaciones sociales volvieron a instalar barricadas a la altura del kilómetro 178 de la supercarretera Oaxaca-Cuacnolapan e impiden el paso a la prensa local y a cualquier persona o vehículos.


NOTICIAS, Voz e Imagen de Oaxaca, intentó llegar al centro del municipio, no obstante, lo impidió un grupo de pobladores en una barricada ubicada a la altura del kilómetro 178 de esa vía.


--¡Ustedes quiénes son! ¡Nadie puede pasar!


--Somos prensa, venimos de la ciudad de Oaxaca.


--¡Aquí nadie pasa! Menos prensa de Oaxaca que no dice la verdad. Únicamente tiene permiso la prensa internacional y los medios independientes, ¡ellos sí dicen la verdad!


--Acá ha estado NOTICIAS cubriendo desde el domingo.


--¡Identifíquense!


--Acá hemos estado cubriendo al magisterio, acá cubrirmos el enfrentamiento el domingo --explica el fotógrafo.


--¡Nadie puede pasar! ¡Se van o les quitamos sus equipos y celulares!


El diálogo infructuoso con los embozados, quienes portando palos y machetes, exigían el retiro de los enviados de NOTICIAS y otros tres comunicadores que en ese momento pretendían ingresar a la cobertura informativa.


En ese sitio, al igual que en la carretera federal 190, que cruza hacia la población, se instalaron barricadas con las unidades de motor quemadas, con montones de tierra y piedras, así como tablones con clavos, para ponchar llantas en caso de que alguien quisiera cruzar.


Cerca de las 11:30 arribó la caravana de la Sección 22 del CNTE, a quienes los manifestantes impidieron rotular sus vehículos.


La mayoría de las unidades de motor son de modelo reciente, algunos Jetta de Volkswagen y Titán de Nissan, además de marcas como Mitsubishi, entre otros; sólo una camioneta del magisterio llevaba en algunas cuantas bolsas alimentos y medicinas para la población.


En esa parte de la supercarretera aún permanecen varios vehículos siniestrados, en tanto que en las orillas de montículos y cerros, hay habitantes que resguardan las veredas para impedir el tránsito de personas por las veredas.


En el interior del estado permanecen más de 15 bloqueos en la mayoría de las regiones, entre ellos las regiones Istmo de Tehuantepec, con por lo menos cinco; la Costa, con tres; la Mixteca, la Cañada, la Cuenca del Papaloapan y la Sierra Sur. En los Valles Centrales los mentores han evitado ese tipo de medidas.

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