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Acumula Oaxaca 2 mil 147 casos confirmados de depresión durante 2023

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Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

Entre el 3 y el 9 de diciembre en Oaxaca se detectaron 26 nuevos casos de depresión, trastorno mental caracterizado fundamentalmente por un bajo estado de ánimo y sentimientos de tristeza.

Con esa cifra reportada en la semana epidmeiológica número 49, Oaxaca acumula dos mil 147 casos de depresión, presentada principalmente en mujeres que agrupan mil 468 de los casos, mientras que en hombres se detectaron 679, según los registros de la Secretaría de Salud Federal.

Sonia no está en esa estadística oficial. No es que se niegue a buscar ayuda piscológica, pero los gastos que quedaron tras el funeral de su padre y la carga de trabajo se lo impiden.

“En verdad que si no tuviera que mantener a mi hija, no me levantaría ni para comer, hay días en que no quiero hacer absolutamente nada, pero la obligación se impone”, reconoce.

 

 

Esa falta de ganas se combinó con una carga de estrés que la llevaron a decidir dejar su empleo como cajera en una tienda de abarrotes, donde le pagan mil 600 pesos a la semana, aunque el horario de trabajo se extiende casi todo el día.

“No puedo llevar a mi hija a la escuela, mi hermana me ayuda, pero no es lo mismo”, dice después de relatar que dos días antes del festival navideño en el jardín de niños su hija de cinco años se enfermó y al ausentarse del trabajo le negaron el permiso que ya había gestionado.

“Me voy a dedicar a vender zapatos o algo más, pero algo tendré que hacer, ya no puedo seguir deprimida y estresada”, dice resignada a que por su renuncia no tenga acceso a una indemnización laboral después de cinco años, ya que por estar totalmente a cargo de su hija, ingresó a trabajar cuando ella apenas tenía unos meses de nacida.

El padre de Sonia, quien enviudó diez años atrás, se había convertido en su soporte en casa, pues estaba jubilado desde hace cinco años y ayudaba con el cuidado de la hija de Sonia, así que con su muerte accidental es un golpe emocional del que Sonia todavía no logra recuperarse.

 

 

“Fue la primera Navidad sin él. La cena fue con mi hermana y mi hija, pero nos odrmimos temprano, yo no quería que me vieran llorar, ha sido muy duro para mí porque siento que no puedo con todo”, confiesa con pena.

La Secretaría de Salud Federal advierte que cuando se combina el aumento de apetito con desesperanza, dificultad para dormir o se duerme demasiado, pero también hay tristeza e irritabilidad, pérdida de interés en las actividades cotidianas y menor energía se puede estar ante un cuadro de trastorno afectivo estacional.

Son las personas que viven en países en los cuales la duración de la noche es mayor y se presentan pocas horas de sol, las que tienen mayor riesgo de presentar este trastorno cuyos síntomas se intensifican a finales del otoño y en los meses de invierno.

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