La picadura de alacrán se considera una urgencia médica que debe atenderse inmediatamente porque pone en riesgo la vida de la persona, una situación que durante 2023 enfrentaron 5 mil 592 pacientes en Oaxaca.
La cifra representa un incremento del 7.7 por ciento en comparación con los 5 mil 191 casos en 2022, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud Federal.
Los alacranes son animales terrestres, los más antiguos que se conocen porque de ello dan cuenta fósiles encontrados con aproximadamente 360 millones de años de antigüedad, lo que deja clara su capacidad de adaptación.
En los cultos de civilizaciones como la Azteca, Zapoteca y Nahua se relacionaba al alacrán con la muerte, la cosmología y la superstición, sobre todo por los daños que ocasiona su picadura que dieron pie a remedios a base de hierbas o aplicados por el chamán o curandero.
La investigación taxonómica sobre los alacranes inició en México en los años 30 del siglo pasado y se comenzó a aplicar el Suero Antialacrán.
Los alacranes suelen aislarse del entorno humano y sólo accidentalmente llegan a atacar, provocando su picadura reacciones locales o generales, leves o de suma gravedad como la muerte, dependiendo la especie.
La intoxicación por picadura de alacrán, es un problema de salud reconocido en México y como parte del Comité Nacional de Vigilancia Epidemiológica (CONAVE) existe un Grupo de Expertos en Intoxicación por Picadura de Alacrán.
Sobre ellos
Son una orden de artrópodos arácnidos depredadores conocidos comúnmente como escorpiones o alacranes.
Se caracterizan por contar con un par de pinzas de agarre y una cola estrecha y segmentada, a menudo formando una reconocible curva hacia delante sobre la espalda y siempre rematada con un aguijón.
