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Yaitepec: la memoria de sus ancestros

Foto(s): Cortesía
Giovanna Martínez

Los pies de aquella mujer se fundieron con la tierra; camina libre y nadie puede detenerla; de espíritu aguerrido, está dispuesta a defender la herencia de sus ancestros, incluso con las pocas fuerzas que la edad le ha dejado.


Aurora, de 88 años, forma parte de un grupo de pobladores de Santiago Yaitepec que se mantuvo, desde hace más de 30 días, bloqueando la carretera que conduce a Santa Catarina Juquila, con el único fin de recuperar sus tierras, aquellas que los han cobijado desde que los primeros habitantes se asentaron.


Un rebozo rodea su espalda; la belleza de su enagua larga con alforzas y holanes es cubierta con un delantal; una hermosa blusa bordada a mano refleja la belleza natural de sus paisajes.


Son chatinos, indígenas con raíces arraigadas a la madre tierra, la divinidad y lo sagrado. Un pueblo cuya grandeza no se basa en lo material y las riquezas, sino en la preservación de su cultura, su lengua y costumbres.


Bloqueo carretero


Los pobladores de Santiago Yaitepec iniciaron el bloqueo de la carretera que conduce a Santa Catarina Juquila el pasado 3 de febrero, luego de que realizaron una asamblea general donde se expuso la invasión territorial de parte de sus vecinos.



La tierra, para ellos, es sagrada  FOTO: Giovanna Martínez

“Las invasiones constantes de Juquila a nuestras tierras nos han provocado indignación, y las hemos considerado como un acto de burla y humillación, porque han actuado con autoritarismo, y por eso se tomó la decisión de bloquear la carretera”, aseguró Pedro Salinas, uno de los pobladores.


La mayoría de los pobladores está conformada por personas de la tercera edad, sus hijos están arando la tierra o trabajando en los Estados Unidos. Son los jóvenes quienes actualmente dominan el español y el chatino, quienes han dado voz a sus abuelos.


Discriminación y violencia


Los chatinos viven en una región montañosa, son agrícolas y producen una cosecha básica: maíz, frijoles, calabaza, tomates y chiles. Los huevos y los pollos son la principal fuente de proteínas en la dieta.



En los lugares sagrados se pide por la buena cosecha  FOTO: Giovanna Martínez

En la comunidad, los pobladores se comunican en su lengua madre; en fechas importantes acuden a los cerros, donde hay lugares sagrados a dar gracias y pedir por las cosechas. Creen en la santa abuela, el santo padre dios, la santa madre tierra, la santa madre luna, los dioses del agua, del viento, de la lluvia, de la montaña y del fuego.


Los ombligos de los recién nacidos son enterrados en los lugares sagrados y sobre ellos son colocadas unas cruces para bendecir la vida. “Al momento de nacer, nuestros abuelos tenían la tradición de venir aquí a pedir por nosotros; aquí es donde para nosotros está Dios padre, en la tierra, la naturaleza, la lluvia; los antepasados lo establecieron y lo continuaremos venerando”.


Debido a que la mayoría de los habitantes hablan chatino, han sido víctimas de discriminación y violencia. Aurora Salinas, de 88 años, asegura que los artesanos y vendedores de Yaitepec han sufrido maltratos a la hora de querer ingresar y vender en tierras juquileñas.



Los ombligos de los recién nacidos son enterrados en la tierra para bendecirlos FOTO: Giovanna Martínez

“No nos dejan ir a su pueblo, nos quitan nuestros productos porque somos personas humildes que no tenemos estudios”.


La voz de los antepasados


A pesar de la edad, Aurora recuerda que sus padres y abuelos les contaban acerca de los lugares sagrados y los límites territoriales que en aquel entonces les pertenecía; “nuestros antepasados nos decían: 'aquí están nuestras tierras, aquí vamos a sacar para comer', así nos decían”.


Lucía Amada Santiago recuerda cuando, junto con sus padres, acudía a donde se encuentra actualmente El Pedimento, a sembrar maiz; cuando empezó a reconocerse ese lugar como un sitio para venerar a la Virgen de Juquila, ella se dedicó a comercializar en la zona sus productos; con el tiempo, fueron expulsados.


Vivir en paz


Los pobladores iniciaron una manifestación pacífica con el fin de que se les respete a ellos y sus límites territoriales. Su objetivo no es disputar El Pedimento ni los recursos económicos que genera.


La inconformidad, de acuerdo con los habitantes,se basa en el acaparamiento de las tierras. Lucía asegura que anteriormente la estructura que hoy yace en ese lugar no existía, era solo una cruz de madera, la cual servía de descanso para los viajeros.


“Era un punto de descanso, vieron la cruz y les llamó la atención; ahí empezaron a dejar limosnas y flores, así nació El Pedimento”.


Los yaitepecanos piden una solución pacífica y abierta al diálogo; ambos pueblos vecinos, en algún momento van a convivir y cohabitar; y qué mejor que vivan en armonía y en paz.

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