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Discapacitados, "a la buena de Dios"

Foto(s): Cortesía
Redacción

VILLA DE ZAACHILA, Oaxaca.- Luego de un lustro de contar con un apoyo que reducía sus preocupaciones, Francisca Hipólito vuelve a sufrir este año por los gastos que implica la discapacidad de su nieto. Sola con la responsabilidad de cuidar a Miguel Ángel, la mujer lamenta que una vez más, las personas con discapacidad sean invisibles para las autoridades.


Desde hace 19 años, la angustia de ofrecerle a su nieto las mejores posibilidades de vida, le oprimen el alma a esta mujer de la tercera edad.


Cansada físicamente de trabajar todo el día para obtener ingresos y de mantener un rol estricto en el cuidado de su hijo -como ella se refiere a Miguel-, la señora apunta que este año fue más difícil solventar los gastos de la enfermedad.




Aquí pasa sus días el señor de 60 años; el frío se ha vuelto su mayor desafío.

 


Sin apoyos


Para Francisca, la única ayuda extra que recibía para sostener la compra de medicamentos, pañales y otros insumos que ocupa para el cuidado de la salud e higiene de su nieto, era la que le proporcionaba el gobierno estatal, a través de una beca para personas con discapacidad.


Desde el 2011, Miguel Ángel Hernández Peralta se enlistó como beneficiario del programa para este sector de la población. Su madre indica que recibieron el apoyo de mil pesos cada dos meses.


Durante los dos primeros años, el apoyo se recibió sin problemas; después, la beca presentó retardos e incluso se registraron meses que no se cubrieron.


La promesa de obtener dichos ingresos durante este 2016 se realizó, pero no se cumplió; la madre de Miguel sostiene el coraje del engaño, en los puños de sus manos.


“Cuando nos enteramos de que por fin alguien nos iba a apoyar nos sentimos muy contentos, porque aunque no parece mucho el monto, para uno esos pesos son de gran ayuda”, refiere Francisca, quien lucha contra el tiempo y trata de mantener fuerza espiritual.


Decepcionada, la madre agrega: “Cuando vamos a preguntar si ya va a llegar la ayuda, las empleadas del DIF nos dicen que por qué nos atenemos a eso, que si no nos dieran nada, qué haríamos. Nos dicen que nos pongamos a trabajar”.


 




En el año 2015 recibió la aprobación del gobierno federal para recibir un terreno, pero el apoyo tampoco llegó.

 


Termina la secundaria


En este año, Miguel Ángel no ha recibido ni uno de los pagos bimestrales. Él padece mielomeningocele, un defecto del tubo neural en el cual los huesos de la columna no se forman totalmente.


El joven refiere que en cuanto reciba su certificado de estudios de secundaria, que recién acaba de terminar a través del Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA), buscará trabajo para ayudar a su madre.


“Mis manos me bastan para trabajar en lo que sea, me siento con la fuerza y capacidad para lograrlo”, expresa el joven, quien hace dos años buscó empleo, pero por no contar con la edad suficiente y no tener la primaria y secundaria terminada, no encontró un puesto laboral.


Miguel desea aprender a jugar basquetbol; hace varios meses se unió a un grupo de jóvenes para entrenar, pero tuvo que dejar sus prácticas debido a las lesiones que le provocó la silla de ruedas.


El joven desea seguir estudiando, pero prioriza trabajar para tener dinero y que su madre, dedicada a lavar ropa ajena, no tenga que esforzarse tanto para llevar el sustento al hogar.


 




La abuela de Miguel espera que su nieto pueda seguir con sus estudios.

 


Independencia "a medias"


Una reducida casa de lámina instalada en un terreno prestado, sin los servicios básicos y un auto que apenas funciona, son el patrimonio de don Gregorio Ruiz Pacheco, de 60 años de edad. Sobrevivir lo llevó a la miseria económica y el apoyo monetario con el que se ayudaba, nunca más llegó.


Desde niño, don Gregorio quedó imposibilitado para poder caminar por cuenta propia. Una inyección mal aplicada lo obligó a depender de un par de muletas, después a someterse a diversas operaciones y a desafiar cualquier obstáculo.


Don Gregorio cuenta que cuando el frío traspasa sin piedad las delgadas paredes de su casa, no puede dormir; el dolor de huesos que le producen las bajas temperaturas le quitan el sueño. Para aliviar la molestia se amarra unos trapos y unas bolsas de nylon a las rodillas y con eso genera calor.


Hace un par de años, el hombre cayó en cama, todo el dinero ahorrado en diversos trabajos temporales se lo gastó; un coche y otras pertenencias las vendió para poder vivir. Esa batalla la ganó a medias, pues su esposa e hijo lo abandonaron.


Tiempo después, don Gregorio Ruiz, originario de Santa Cruz Nexila, de Ejutla de Crespo, llegó a la Villa de Zaachila para vivir con un familiar, trabajar y aportar dinero para un hermano que se encuentra en cama debido a un derrame cerebral.


Por circunstancias familiares, el hombre tuvo que abandonar la vivienda y comenzar a vivir en su viejo coche. Para poder comer pidió trabajo con algunas personas y en negocios cerca de la carretera de Zaachila.


 




Este es el mundo de don Gregorio, quien no se da por vencido.

 


Promesa incumplida


Su situación movió el corazón de un vecino del lugar, quien le construyó la pequeña casa de lámina donde vive. Él no cuenta con agua ni energía eléctrica, menos con un baño, por lo que Gregorio recurre a otros vecinos para cubrir sus necesidades, cargar la batería de una vieja lámpara, entre otras cosas.


El hombre narra que desde el año 2011 fue beneficiado con una beca de parte del gobierno estatal, la cual este 2016 no recibió, por lo que su situación se recrudeció.


El señor de 60 años está enojado porque el gobierno no pudo sostener la promesa de ayudar a las personas con discapacidad. Los 500 pesos que recibía al mes le servían para comprar alimento y en ocasiones le otorgaba este ingreso a su hermano que está en cama.


Ahora, sus esperanzas están puestas en un nuevo trabajo que solicitó en una constructora. El puesto que desempeñaría sería como vigilante en una bodega; sin embargo, la respuesta de parte de la empresa aún no llega.




Su discapacidad lo ha llevado a varias cirugías.

 


Se quedaron a la espera


El representante legal de la Asociación de Discapacitados Unidos por una Integración Social de Oaxaca, Godofredo Solis, señaló que más de 50 mil beneficiarios con becas de parte del gobierno del estado, sufrieron durante este año ante la falta de pago de este apoyo.


En octubre de este año, las personas afectadas se manifestaron para exigir sus pagos. A una semana de que concluya la administración, el dirigente de este grupo vulnerable indica que esperarán a que el administrador entre en funciones para plantearle su problemática y conocer si existen posibilidades de no perder la ayuda.


Así también, el vendedor ambulante señala la discriminación de parte de los inspectores, en específico del coordinador César Toledo. El afectado asegura que el servidor público advirtió que no dejará que ningún vendedor discapacitado venda en el zócalo y Alameda de León.


Sector vulnerable


Mil pesos otorga la beca bimestral en octubre se manifestaron en Palacio de Gobierno


A nivel nacional, 2010 (Fuente INEGI)


5 millones 739 mil 270 personas padecían un tipo de discapacidad; 5.1% de la población total


 

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