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Represa "rompepicos", peligro mortal en San Felipe

Foto(s): Cortesía
Redacción

Oaxaca.- En menos de un lustro ha cobrado la vida de al menos dos personas, ha arrastrado vehículos, inundado casas y un campo deportivo; ha causado zozobra entre los habitantes de la zona norte de la ciudad de Oaxaca.


Es la temida venida del río San Felipe, que a la mitad de su tránsito, antes de atravesar el centro de la capital, forma una represa, conocida como Rompepicos, justamente donde se ha originado la mayoría de las tragedias.


"¡Dios santo! ¡Cuántas cosas no han sucedido por aquí!, pero parece que a nuestras autoridades eso poco les importa", dice una anciana que cruza el afluente rumbo a la agencia Ejido Guadalupe Victoria.


Ella y sus familiares fueron víctimas, hace tres años, de inundaciones. Habitantes de esa localidad, la colonia Loma Linda y el fraccionamiento La Cascada, entre otros asentamientos, viven aún con el miedo.


Y es que debido a la apropiación de un particular de una parte del vaso de la presa, el Organismo de Cuenca Pacífico Sur de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha hecho poco por despejar la zona, lo que podría derivar en nuevas inundaciones en la actual temporada de lluvias, que inició el pasado 15 de mayo.


El argumento: un pleito legal que aún se dirime en un juzgado. Apenas el 16 mayo removió una parte de los escombros.


¡Hay peligro!


Doña Juana López Ramírez es una mujer que vive hacia el norte, en el Ejido Guadalupe Victoria. Atravesó el lecho del río para buscar a unos familiares en la Loma Linda. Con agilidad subió montículos:


"Mucha gente ha perdido sus casas. A una maestra con todo y coche se la llevó el agua. La otra vez se llevó un niño y lo fueron a rescatar más abajo. Está muy peligroso", platica.


--¿Y ha visto que hayan mejorado algo las autoridades?


--No, pues nada. Medio componen algo: levantan la tierra y luego se la lleva el agua.


Expone su propia experiencia:


"Hace como tres años mi hija alquilaba un cuarto. Pobre, porque cuando comenzó el aguacero y se salió el río, se quedaron sin nada. Mi yerno quedó en puro short porque todo se lo llevó el agua. Se tuvieron que ir a mi casa en una parte más alta. 'Vente para acá -le dije a mi hija- si no el otro año te vas a ahogar".


--Y apenas vienen más lluvias.


--¡Huy! ¡Está peligroso! ¡Se muere uno!


Conagua, inútil


El señor Zambrano vive cerca de la presa. A unos pasos tiene su vivienda cercada con malla ciclónica, sobre la avenida Venecia, tras el puente.


En la mañana realiza pequeños trabajos de limpieza de tierra y piedras, para acomodar la protección frente a su casa.


"Es un problema muy viejo, el asunto es que Conagua no ha hecho nada; se han hecho tontos. Han dado no sé cuántos millones de pesos para limpiar, desazolvar, pero nada. Había un parque muy bonito, donde jugaban los hijos, pero no hizo nada y ahora es un hervidero de zancudos que generan enfermedades.


"Ahora, un particular se apoderó de una parte del vaso de la presa, construyó sus oficinas, y levantó un muro para que no le afecten las venidas. A mí en lo particular no me afecta, pero a mucha gente le va a dañar cuando haya lluvias fuertes”, dice.


Lamenta que autoridades municipales o del sector salud tampoco hayan hecho algo para impedir que los zancudos se propaguen y causen enfermedades. Critica que, pese a las prohibiciones de las leyes naturales, se haya permitido la construcción de enormes mansiones a la orilla de la presa.


Hasta la Comisión Nacional del Agua tiene oficinas cerca del vaso de la presa. Y ahora, una pequeña calle adjunta, prolongación del Rocío, ya se comienza a llenar también de casas.


Añoranzas y alegrías


En la colindancia de la Loma Linda con el Ejido Guadalupe Victoria y junto al río, un grupo de personas se reúne tras una fiesta.


La mayoría cuenta acerca de los tiempos de bonanza en que el río llevaba aguas limpias y no provocaba tragedias; las pozas en que se bañaban, el área donde las aguas reposaban tranquilamente, pese al torrente, para que las mujeres lavaran la ropa.
Hoy, la tragedia toca las puertas. Todos están preocupados por la venida que puede brincar nuevamente las márgenes e inundar viviendas.


Javier Reyes y Francisco Martínez explican que en años anteriores, el torrente ha causado diversos daños. En el tramo en que ellos viven, el afluente del río San Felipe está limpio, con paredes altas, pero aun así tienen temor.


"Ha venido la maquinaria, abrió un poco. La semana pasada vino fuerte el agua pero afortunadamente no llegó más que a la mitad. Pero hace tres años sí hubo inundaciones.


"Lo que pasa es que si se llena la presa, más abajo, el agua ya no circula; entonces aquí --en la parte alta-- se volverá a inundar. La Conagua no ha dado respuesta hasta ahora y lo único que dicen es que vamos a reunirnos. El miércoles va a haber otra reunión en Ciudad Administrativa, a ver qué nos dicen", exponen.


Lo cierto es que el problema está latente. Aún no hay respuesta puntual a la demanda de los vecinos, que por ahora únicamente se quejan con grandes letreros en lona. La semana pasada ya hubo una tormenta en la capital. Y corrió el agua. Y también el miedo.


Las tragedias


En el año de 1993 fue una de las grandes inundaciones en la presa “Rompepicos” y zonas aledañas, que devastó diversas viviendas.


La mayor tragedia ocurrió el 19 de septiembre del 2010, pues las aguas salieron de su cauce e inundaron diversas colonias, además de arrastrar a una persona.


El 23 de abril del 2013 nuevamente creció el río y se llevó un vehículo con una persona adentro, cuya víctima fue encontrada metros debajo de la corriente.

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