"La reforma educativa federal estorba a los grupos radicales de la Sección 22 y otros grupos afines, y con el malsano interés solamente de retroceder al pasado de privilegios sindicales, entendidos como poder político, mucho dinero y tráfico de influencias, están subiendo el nivel de sus protestas, en una clara provocación que empezó contra los gobiernos estatal y federal y ahora es directamente contra el pueblo de Oaxaca", expresó el ex guerrillero Gustavo Hirales Morán.
Con ello, "se están metiendo en un laberinto sin salida", advirtió.
Sin embargo, en una clara radiografía del movimiento de la 22, "sus acciones no tienen el respaldo de los más de 80 mil trabajadores de esa sección sindical en la entidad, y por tanto, una minoría de profesores y sus familiares, no puede imponer condiciones al Estado Mexicano ni a la sociedad", dijo el ex integrante de la Liga Comunista "23 de Septiembre".
El autor de varios libros libros, incluido el intitulado "Memoria de la guerra de los justos", anotó que por más radicales que resulten las protestas de esos grupos, el Estado Mexicano no debe ceder a sus presiones, porque en el momento que sucumba, "estaría firmando su acta de defunción como representante del interés nacional".
El Estado mexicano no debe ceder al chantaje y las provocaciones de esos grupos minoritarios, porque por encima de ellos esta el interés general, es decir de las mayorías, pero especialmente la educación de los niños.
Recuperar la mina de otro, la meta
No tengo elementos para asegurar que estos grupos radicales tengan alianza con grupos extremistas, en cambio veo que estas minorías, influenciadas fuertemente por quienes tenían en el control el Instituto Estatal de Educación Publica de Oaxaca (IEEPO) una "mina de oro", buscan mantener una batalla abierta a muerte para recuperar lo irrecuperable.
Hirales reforzó que esos grupos radicales, cargados de un ideologismo muy trasnochado y arcaico que en otras partes del mundo ya no tienen cabida, lo siguen empleando como una cobertura para que unos cuantos que han estado en las cúpulas de la Sección 22 del SNTE, sigan medrando.
Para Hirales, la reforma educativa federal y la recuperación en Oaxaca de la rectoría de la educación, lastimó intereses muy fuertes.
En entrevista, el ex integrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre", subrayó que la reforma no fue para privatizar la educación, ni para correr a los maestros, sino para hacer más competitivos a los educadores y privilegiar el interés supremo de los niños, que es la educación.
No obstante, los grupos radicales incrustados en la Sección 22, han encontrado en esa reforma el mejor pretexto para presionar al gobierno para retroceder al pasado de privilegios. Rechazan la reforma educativa federal y exigen la aprobación de una ley acorde a sus intereses de grupo.
Tenemos que decirle nuevamente a estos grupos minoritarios que la reforma educativa ya es ley. Para abolirla tendrían que desconstitucionalizarla. Eso nunca ha ocurrido ni ocurrirá en el país.
Es entendible que los grupos radicales se sintieron agredidos por la detención de sus dirigentes, acusados de diversos delitos. Éstos tienen todo el derecho de defenderse y demostrar su inocencia, pero mientras eso no suceda, no tienen ninguna posibilidad de abandonar la prisión en estos momentos. Si los dejaran libres por las presiones de sus seguidores, ganaría la impunidad y perdería el país, señaló.
Gustavo Hirales Morán observó muy temeraria la posición de los grupos radicales de la 22, porque ahora su lucha que inicialmente era contra los gobiernos federal y estatal, es ahora contra la sociedad civil y ello resulta muy peligroso.
Ello, porque en cualquier momento puede emerger de ese tejido social lastimado por los grupos radicales, liderazgos y diversos frentes en contra de los activistas de la 22. El resultado sería fatal y los grandes perdedores serán los radicales.
En relación a la convocatoria de algunos radicales a levantar un movimiento armado en contra del gobierno federal, Hirales soltó la carcajada. Hoy las condiciones del país son distintas a las de hace cien o doscientos años. Esas propuestas vienen de "loquitos".
"Es necesario advertir a esos grupos radicales que han declarado la guerra a la sociedad civil, sin pensarlo se están metiendo a un laberinto sin salida", advirtió.
