Llega un príncipe
CIUDAD DE MÉXICO.- Todo empezó en Torino después de la Primera Guerra Mundial, cuando Domenico Scappino comenzó a elaborar hermosas piezas de sastrería y exquisitos accesorios en seda que pronto se volvieron los consentidos de los hombres elegantes de la época.
Materiales de primera, gran habilidad sartorial y atención a los pequeños detalles eran su secreto, y poco a poco, el nombre de Scappino se popularizó entre la alta sociedad y la nobleza de aquella época.