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Mata el cáncer a 2 mil 700 oaxaqueños cada año

Foto(s): Cortesía
Nadia Altamirano Díaz

La burocracia, falta de infraestructura y baja escolaridad son factores que influyen negativamente entre el diagnóstico oncológico y el inicio de un tratamiento que pueda incrementar las posibilidades de vida a una persona con cáncer .


Roberto Iván Romero Díaz, oncólogo médico del Centro de Oncología y Radioterapia de Oaxaca, calcula que una vez que recibe el diagnóstico un paciente tarda entre tres y cuatro meses en empezar su tratamiento.


Ese desfase de tiempo es crucial, impacta negativamente pues reduce el tiempo de supervivencia y el cáncer puede avanzar de una etapa inicial a una más avanzada y dañina.


Los pobres, los más vulnerables


Sigue siendo las personas con menor educación las más vulnerables, "son quienes llegan más tarde al médico porque les falta dinero o información, no saben qué significa tener cáncer".


Existen también los casos que se enfrentan a un mal diagnóstico, como Gudelia Álvarez Guzmán, una mujer de 58 originaria de Jalapa de Díaz, en la región de la Cuenca del Papaloapam, a quien un médico particular le aseguró que tenía "una cosa fácil" por tratarse de una fibra mamaria.


Al ver que el doctor "nada más me estaba entreteniendo", no le daba tratamiento y le cambiaba el diagnostico o "un tumorsito" sin que las pastillas que tomara le hicieran algo, buscó el diagnóstico de un médico particular que le ordenó realizar estudios como la mastografía y una biopsia.


Lejanía


En esas vueltas se le perdieron tres meses en una comunidad donde sólo le podìían dar pastillas o "tratamientos sencillos". Es en el Centro de Oncología y Radioterapia de Oaxaca, a 272 kilómetros de su comunidad de origen, donde pudo empezar a recibir quimioterapias primero y ahora radioterapias.


"Ellos (sus tres hijos), me quieren a mi, que esté otro tiempo con ellos y yo quiero verlos todavía", dice sin evitar llorar por una lucha que apenas ha iniciado por su vida.


Tercera causa de muerte


Después de las enfermedades del corazón y la diabetes mellitus, los tumores malignos son la tercera causa de muerte entre los oaxaqueños. En 2017 el Instituto Nacional de Estadística y Geografìa reportó 2 mil 722 fallecimientos.


El cáncer del hígado y de las vías biliares intrahepáticas es el más maligno, puesto que provocó 314 defunciones, seguido del de estómago con 280 y 223 por el de próstata.


Sin embargo, en el Centro de Oncología, de los mil 600 pacientes que atienden en un semestre, los cinco principales tumores son los de mama, cervicouterino, de recto, de ovario y colón.


"La incidencia de casos aumenta al año entre un 10 y 15 por ciento, se detectan a edades más jóvenes, pero con tratamientos como la inmunoterapia y la quimioterapia estamos logrando que se convierta en una enfermedad crónica", explicó Romero Díaz.


Desde su experiencia médica, la dieta sigue siendo un factor determinante en las personas para desarrollar algún tipo de cáncer.


"Por la comida salada y ahumada el cáncer gástrico se presenta más entre pacientes de la región del Istmo y en la Mixteca se ve más el cáncer de mama, donde la incidencia es más alta", refirió.

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