Sólo en los asentamientos humanos cercanos a la cuenca de los ríos Salado y Atoyac, se registraron 115 mil casos de enfermedades diarreicas agudas en últimos cinco años con corte a diciembre pasado, la mayoría atendidos por los Servicios de Salud de Oaxaca.
Su atención representó mil 200 millones de pesos, hecho que mantiene al valle en "foco rojo", revela un estudio de la Asociación Mexicana de Directores Responsables de Obra.
"Ello, es una señal de que la contaminación de los cuerpos de agua nos arrastra a un punto extremo, porque el fenómeno derivaría muy pronto en una drástica disminución de producción de alimentos básicos y en el disparo de enfermedades de mayor complejidad que rebasaría la capacidad de respuesta del Estado mexicano", advirtió el delegado de esa asociación civil, Marco Antonio Castellanos Roldán.
Si observamos este problema en su real dimensión, realmente es poca la diferencia con miles de comunidades del África, expresó el experto al término del Cuarto Curso Taller de Capacitación de Operadores de Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales vía sistema Wetlands.
Explicó que la atención de las enfermedades diarréicas agudas que pueden prevenirse, le cuestan al Estado Mexicano un promedio 8 mil 900 pesos por paciente, desde salarios del personal médico, medicamentos, y los servicios básicos para la operación de las unidades médicas, pueden prevenirse.
Estrategia
Para ello, urge un plan de emergencia y estratégico para detener la emisión de aguas negras a ríos, lagunas y océanos. Para dar una idea del problema, explicó que de los 77 municipios pertenecientes a la región de Valles Centrales, sólo 25 cuentan con plantas de tratamiento de aguas residuales que operan con cierta regularidad.
Sustentado en datos de la Comisión Nacional del Agua, el dirigente agregó que en los 570 municipios existen un total de 250 plantas tratadoras de aguas negras, y de éstas 150 están fuera de servicio porque los municipios se encuentran en insolvencia económica para operarlas.
Un caso concreto es la Villa de Etla, municipio donde sus dos plantas de tratamiento están inservibles.
Castellanos Roldán, dijo que el río Atoyac es agredido por descargas de aguas negras provenientes de más de 10 municipios. Su contaminación inicia en San Francisco Telixtlahhuaca, le siguen Huitzo, Suchilquitongo, Magdalena Apasco, Reyes y Nazareno, Etla, entre otros.
Resulta inaplazable el saneamiento del Río Salado en su totalidad, para contrarrestar la contaminación del afluente.
