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El regalo de Gonzalo: su primera quimioterapia en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Giovanna Martínez

Victoria Ramírez se coloca en un asiento de la sala de espera junto con su hijo Augusto Gonzálo de cuatro años de edad, a quien hace dos meses le diagnosticaron leucemia; lleva una bolsa de tela, en la que guarda comida, juguetes, algunas mudas de ropa, las llaves de su casa de alquiler y todo lo necesario.


Originaria de Praxedis de Guerrero, comunidad situada en el municipio de Ocotlán de Morelos, indica que viaja diariamente una hora y media al Hospital de la Niñez, pero no importa, con tal de que su hijo se cure.


Recordó que el 27 de febrero, el pequeño de ojos pequeños y brillantes, fue hospitalizado por primera vez luego del diagnostico del cáncer, “noté que se le inflamó el estómago y tenía fiebres recurrentes, lo llevé al doctor y recibí la noticia”.


A partir de esa fecha, el Hospital de la Niñez se ha convertido en su segundo casa, esta vez, el pequeño será sometido a un estudio de médula osea, también iniciarán sus quimioterapias.




Entre sondas y medicamentos, decenas de niños pasaron su día en el hospital. FOTO: Giovanna Martínez

Pasó el Día del Niño en el hospital, no pudo jugar ni recibir regalos, su único pensamiento es curarse.


Victoria dice que su hijo está más animado, “siento que poco a poco se esta recuperando”.


Serán tres largos años durante los cuales el pequeño deberá estar en tratamiento y lo único que hay como alternativa para no decaer es la confianza en la medicina, aunque hay un miedo que consume a la madre a cada segundo, la incertidumbre de saber si podrá pagar las medicinas, que son caras, y su familia es de escasos recursos.


Tres mil pesos al mes


Victoria es ama de casa y su esposo es campesino; sus otros dos hijos, los deja encargados con su suegra y su hermana.


Explica que su esposo es quien ha estado con Augusto la mayor parte del tiempo que lleva el tratamiento.


“Yo vengo a la hora de la comida, traigo alimentos y después me voy y mi esposo se ha quedado con mi hijo allá adentro.”


Hasta el momento no les ha tocado comprar ningún medicamento, pero les han confirmado que los costos rondan los tres mil pesos al mes, 108 mil pesos el costo de los tres años, 36 mil pesos por año, y aún que no sabe cómo van a costearlos.


Victoria se dedica a bordar blusas, cada una la vende en 90 pesos, “llegan las personas a mi comunidad a pedir el bordado, para abonar a la economía, yo me ofrezco y trabajo duro para que mi hijo se cure”, dice la mujer de tez morena y mirada pérdida en el horizonte.

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