ZACATEPEC MIXE.- Como ha ocurrido desde mediados del siglo pasado, la tradición se volvió a cumplir en esta población. La festividad del quinto viernes de Cuaresma, en honor del Señor Jesús de las Peñas, fue celebrada en grande por los feligreses de la región.
Provenientes de distintas comunidades de las sierras Mixe, Villa Alta, Choápam y Valles Centrales, más de 300 músicos ratificaron su hermandad con esta comunidad indígena, que en este año vivió situaciones inesperadas y dolorosas que sólo la visita de las autoridades eclesiásticas que presidieron las actividades religiosas, la música y los conciertos de las ocho bandas permitieron que por un lapso la población olvidara la tristeza y el dolor.
Ni la tormenta los detuvo
No obstante la torrencial lluvia, las ráfagas de vientos huracanados que alcanzaron más de 80 kilómetros por hora, derribando árboles, desprendiendo techos de las casas, daños graves a las instalaciones de energía eléctrica, hasta los celulares sin señal, la población no se paralizó, por el contrario; tanto las autoridades civiles como las eclesiásticas junto con la comisión de festejos unieron esfuerzos para levantar el ánimo y seguir adelante con la celebración.
Ya organizados, con sierras eléctricas y palas mecánicas, decenas de voluntarios y policías municipales acudieron a mover taludes, cortar los árboles que bloqueaban la carretera de acceso a la población para permitir la entrada de los camiones con los invitados especiales, visitantes y las niñas, niños y jóvenes integrantes de las bandas de música convocadas.
Después de la medianoche del miércoles pasado, con un retraso de más de ocho horas y a media luz, se escucharon los sonidos característicos de las bandas que ingresaron al pueblo levantando el ánimo decaído. Una vez que las notas de las mañanitas se diseminaron por todos los rincones de la población, el entusiasmo por festejar un año más a la venerada imagen del pueblo volcó a los habitantes a las actividades programadas.
Acontecimiento religioso y cultural
El concierto de bandas es esperado por el pueblo, por los visitantes y los ejecutantes de las propias bandas, porque representa compartir su aprendizaje y su experiencia musical.
El viernes 11 de marzo, posterior a la misa solemne oficiada por el obispo Héctor Guerrero Córdova, en punto de las 15:00 horas, los pobladores, autoridades y visitantes acudieron con expectación al gran concierto de bandas en el que sin duda los directores compartieron los progresos de sus instrumentistas.
En opinión de Jorge Martínez, de Tamazulapan del Espíritu Santo, quien llegó por tercer año consecutivo a esta cabecera distrital mixe, este tipo de conciertos representa una motivación para las niñas y niños que desean superarse cada día más, y también para la gente que acude a honrar al Señor Jesús de las Peñas, pues además de disfrutar de un acontecimiento religioso y cultural, reconoce la calidad de las ejecuciones.
En tanto, Josué Darío, director de la Banda de Zimatlán de Alvarez, señala que hermanar a las bandas filarmónicas sólo es posible en la Sierra Mixe y la Norte, donde aún se cuenta con el sistema normativo de Usos y Costumbres, las autoridades apoyan a las bandas de viento y hacen posible unir el talento musical con el propósito de construir relaciones duraderas y armónicas entre los pueblos.
Una tradición viva
Ya instalados en la amplia cancha municipal, cuya capacidad es de alrededor de cinco mil personas, los integrantes de las bandas, ataviados para la ocasión, tomaron sus lugares para ejecutar el programa previamente convenido.
El público reunido disfrutó de interpretaciones clásicas y populares, de autores oaxaqueños, nacionales y extranjeros, ejecutadas con maestría por cada una de las bandas que son merecedoras de presentarse en recintos de cualquier estado o país.
La banda anfitriona de Zacatepec, con más de 70 músicos y dirigida por Antelmo Romero Sánchez, interpretó “Danzón No. 2”, de Arturo Márquez y la obertura de Antonio Rossini.
“West Hillls”, obertura de Jhon O’Reilly, bajo la conducción del maestro Ranulfo Díaz González hizo presente a San Pedro y San Pablo Ayutla. Otatilán de Morelos, dirigida por Assael Méndez sorprendió con “Rey Condoy”, una fantasía salida de la inspiración de Rito Marcelino Rovirosa.
De la misma forma, San Andrés Solaga interpretó “Variación para dos clarinetes”, de Cipriano Pérez Cerna, dirigida por Olaf Arce. Tamazulapan del Espíritu Santo se llevó los aplausos con “María Sabina”, mambo de Leovigildo Martínez, con la dirección de Jorge Martínez.
Emotivo concierto
Y San Juan Petlapa no se quedó atrás, bajo la batuta de Dalmacio Sánchez interpretó “Virginia”, fantasía de Jacob Haan. Asimismo, San Juan Metaltepec se adjudicó aplausos con “Carnaval de Venecia”, de Herbert Clarke, dirigida por Leovigildo Vásquez.
Los invitados especiales, jóvenes de Zimatlán de Álvarez, hicieron énfasis en la música popular compuesta por Juan Gabriel y Carlos Campos. Todas las piezas fueron ejecutadas con maestría y la conducción del programa estuvo a cargo de los profesores Ruperto Nicolás Laureano y Aureliano Crisanto Ramírez.
Para cerrar el programa, todos los músicos se pusieron de pie para interpretar de manera conjunta la Marcha de Zacatecas, de Genaro Godina; los Sones y Jarabes Mixes de Rito Marcelino Rovirosa, oriundo de la región mixe, y Dios Nunca Muere, de Macedonio Alcalá, un momento solemne en que el público, también de pie, agradeció la excelencia del concierto.
Una celebración enriquecedora
Para René Laureano Rodríguez, presidente de la comisión de festejos que agrupa a 15 personas, este año la organización les llevó casi seis meses debido a que el pueblo deseaba más variedad en las actividades.
Anteriormente, señaló, sólo llegaban las bandas de los poblados vecinos y en los últimos años se ha ampliado el horizonte para tener una convivencia entre diferentes etnias bajo un solo idioma como lo es la música. La banda municipal cumplirá con el compromiso de corresponder a las bandas invitadas que esta vez participaron en Zacatepec. Como es la costumbre, se les brinda alimento y alojamiento y de ellos se encargaron 72 familias, según señaló el alcalde constitucional Luis Inocente Ramírez.
Eterna gratitud
A las bandas se les recibe una por una con toda solemnidad desde la entrada del pueblo hasta el interior del templo. Sin embargo, este año que quedará en la memoria de todos, no fue posible darles la bienvenida con esta deferencia, pues debido a los derrumbes, la caída de árboles y la falta de luz no lograron llegar a tiempo como estaba programado.
La última banda arribó después de la medianoche del jueves, casi ocho horas después de las cuatro de la tarde, pero el resultado final, gracias a su disposición y calidad de cada banda, permitió que su participación valiera la pena, finalizó René Laureano.
El presidente municipal de Santiago Zacatepec, Norberto Jacinto Ramírez, se mostró sumamente agradecido por la comprensión de los músicos, quienes desafiaron todos los riesgos y llegaron al pueblo.
En nombre del pueblo, externó su eterna gratitud y reconocimiento a las autoridades municipales y principales que acompañaron a las bandas, sobre todo por las circunstancias climatológicas en que se desarrolló la festividad. A pesar de las incomodidades, los músicos alegraron la fiesta y fortalecieron los lazos de amistad y hermandad entre los pueblos indígenas señaló.
