Pasar al contenido principal
x

Ganan la calle con muestras de fe

Foto(s): Cortesía
Redacción

Oaxaca.- Con el pesado madero al hombro izquierdo, el Hijo de Dios, el Salvador, se apoya en su mano derecha para incorporarse trabajosamente de su tercera caída, rumbo al Gólgota.


El dolor producido por latigazos de castigo, contraen y desdibujan su rostro. Es la milagrosa escultura del Señor de las Tres Caídas, integrado por octavo año consecutivo a la Procesión de los Estandartes que parte solemne del templo de Santo Tomás Xochimilco, uno de los barrios más antiguos de la Ciudad de Oaxaca.


Jesús, al igual que la Virgen de los Dolores, su Madre, son llevados en hombros por jóvenes católicos enfundados en túnicas color morado y cubiertos del rostro con capuchas del mismo color.
Cubrirse el rostro, es una forma muy original de respeto y duelo, una forma muy especial de solidarizarse o unirse al sufrimiento de la Madre de Jesús, explica Óscar Martínez Cuevas, presidente de la Hermandad de Estandartes y Relicarios del Santísimo Rosario de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca.


Más allá de la tradición


El oaxaqueño va más allá. Explica que en tiempos actuales, la Procesión de los Estandartes y del Señor de las Tres Caídas, no sólo cumple una tradición, sino es una necesidad para motivar a los niños y jóvenes de que es necesario liberarse de las ataduras del pecado y seguir a Jesús.


La pérdida de la fe y respeto a Dios, es una realidad en muchos jóvenes, y el llamado es para que hagan conciencia, se arrepientan y retomen el camino correcto: la ruta marcada por Jesús con su Iglesia.


“Buscamos como católicos sacudir la conciencia de los niños y jóvenes para que fortalezcan la fe cristiana, promover el amor y el respeto, elevar la oración por la vida que Dios nos brinda, es la esencia de la Procesión de los Estandartes con el Señor de las Tres Caídas y la Virgen de los Dolores”, sostiene la titular de la mayordomía, Susana Altamirano Cruz.


La Procesión de los Estandartes partió del templo de Santo Tomás Xochimilco, recorrió la avenida Venus, de la colonia Estrella, parte de La Cascada y otras arterias de la ciudad y retornó nuevamente a su punto de partida.


Numerosa Hermandad


Las alabanzas a Jesús y su Madre, no cesan por parte de hombres, mujeres y niños, con sus estandartes en alto, como su fe. La música fúnebre hace más triste la procesión. En las puertas de sus casas, las familias observan el recorrido y algunos católicos inclinan la cabeza al paso del  Jesús de rostro contraído por la humillación y los golpes,


La Hermandad de Estandartes y Relicarios del Santísimo Rosario de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca es muy numerosa. Cada cofradía cuenta con su estandarte. Algunos otros corresponden a familias. En esta procesión participaron 62 de más de cien estandartes, que simbolizan la fe, la unidad y la religiosidad, explica Óscar Martínez Cuevas.


En esta procesión se congregaron representantes de más de 30 parroquias. En cada procesión hacen acto de presencia los principales Barrios de Oaxaca. La procesión incluyó al Señor de Esquipulas, del Barrio del Carmen Alto; a la Virgen del Rosario, del Barrio de Jalatlaco, por citar algunos.


Llama sacerdote a seguir a Jesús


Los feligreses e integrantes de la Procesión de los Estandartes y Relicarios, participaron previamente en la celebración eucarística en el templo del tradicional Barrio de Xochimilco, que oficiara el sacerdote Wilfrido Mayrén Peláez, quien demandó hacer de esta Semana Santa, un espacio de reflexión y de arrepentimiento, para fortalecer nuestro sentido de religiosidad.


Llamó a seguir el camino trazado por Jesús, que conduce al amor, a la unidad y a la reconciliación.


En la misa en honor al Señor de las Tres Caídas, el sacerdote llamó a todos los bautizados a renunciar al pecado y a difundir la fe y el amor hacia Jesús.


Una procesión más que pone muy en alto la religiosidad de familias del tradicional barrio de Xochimilco, con un Jesús que murió por sus semejantes. Un Jesús, con su corona de espinas que deriva en un hilillo de sangre sobre su rostro. La imagen del Salvador, en el sendero hacia su crucifixión, condena derivada de juicio injusto, alevoso y vergonzoso para la humanidad.


Xochimilco


Coinciden investigadores que el barrio de Xochimilco fue fundado el 30 de junio de 1486. Por  órdenes de Ahuízotl, un destacamento de soldados xochimilcas taló parte del bosque de guajes que había en el cerro del Fortín, y se estableció formalmente (Bustamante, 1989:5) donde actualmente se ubica la ciudad de Oaxaca.


Consumada la conquista de Huaxyacac por Francisco de Orozco, los mexicas que venían con éste se quedaron a vivir en el valle. Paralelamente, los españoles fundaron lo que en años posteriores sería la ciudad de Antequera.


Surgieron nuevos núcleos de población como Jalatlaco, San Martín Mexicapan y San Juan Chapultepec, a la par que Xochimilco vio incrementarse su población. Estos cuatro pueblos formaron parte del Marquesado del Valle de Oaxaca y rodeaban a la ciudad de Antequera y tributaban al marqués Hernán Cortés.


Entre 1526 y 1528 llegaron a Antequera los dominicos, iniciaron la construcción del primer convento: el monasterio de San Pablo. Los dominicos tenían bajo su responsabilidad la evangelización de la población india de los pueblos de Santa María Guaxaca, Xochimilco y San Martín Mexicapan, y brindar los servicios religiosos a los habitantes de la ciudad de Antequera.


En la capilla de este convento se realizaban las fiestas de guardar, la población india escuchaba la misa y se bautizaba.


En la segunda mitad del siglo XVII, fray Francisco de Burgoa encomendó la labor evangelizante a Fray Nicolás de Rojas, quien obligó a que todos [los pueblos de Oaxaca, Xochimilco y Mexicapan] juntos se congregasen los domingos a rezar la doctrina en la iglesia y el Rosario Santísimo.


Con ese argumento los redujo a que en los tres pueblos hubiese en cada uno una imagen mediana de bulto del rosario y con ella saliesen de su pueblo los domingos en procesión.


Al concluir la misa, los nahuas regresaban de la misma forma a sus pueblos. Es decir, en estos años los indios nahuas, entre ellos los de Xochimilco, se habían convertido al catolicismo y habían hecho suyas las imágenes religiosas, así como las procesiones. Y con ello surgieron las fiestas dedicadas al santo patrón en donde se celebraban grandes banquetes financiados por las cajas de la comunidad.

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.