Al exponer que "llegó la hora de que la sociedad civil levante su voz", el arzobispo de Oaxaca, José Luis Chávez Botello, consideró saludable la conformación urgente de una comisión emanada de la misma, para ir al rescate del diálogo y detener la violencia que derivó ayer en la pérdida de al menos 6 vidas vidas y decenas de lesionados en jurisdicción de Nochixtlán, perteneciente a la mixteca oaxaqueña, la región más calcinada de la entidad, y principal expulsara de braceros a la Unión Americana.
Enterado de que esos hechos se registraron durante una incursión policial para despejar la carretera 190, obstruida por grupos de activistas de la Sección 22 del SNTE, el jefe de la Iglesia Católica señaló que la violencia siempre será el camino equivocado para solucionar los conflictos. Ello, porque la violencia genera más violencia, divide, radicaliza, envenena la mente y el corazón, daña a inocentes y, tarde o temprano, lleva a desastres sociales.
En su acostumbrada conferencia dominical en la Catedral Metropolitana de Oaxaca, Chávez Botello, dijo que en un caso tan delicado como el que estamos viviendo y reconociendo, en el que el diálogo esta "muerto" entre los gobiernos estatal y federal y los grupos de protesta, la interlocutora no debe ser una persona o un grupo sino una representación colectiva, integrada por oaxaqueños de probada solvencia moral, con objetivos muy claros y en escenarios de absoluta transparencia.
Esta representación horizontal incluiría entre otros actores, a autoridades universitarias, organizaciones no gubernamentales y padres de familia con representación real, no a modo.
Tengamos el valor de poner alto a la violencia
El arzobispo llamó a los oaxaqueños a tener el valor de poner alto a la violencia, a la injusticia, a la corrupción y a la impunidad.
Para Chávez, podemos lograrlo y hasta sanar graves heridas si recorremos otros camino: el de la conciliación y La Paz social.
En conferencia de prensa reforzó que urge el acercamiento y el diálogo para detener de inmediato toda expresión de violencia con el compromiso de atender las causas reales del malestar social.
Estamos hablando de un diálogo transparente, que esté cimentado y guiado por la verdad, la unidad y el bien común.
Que sean estos los referentes para discernir lo que se debe corregir o fortalecer, el termómetro para determinar las mejores soluciones. No queda muy claro que debe imperar la aplicación de la ley, pero sin represión, anotó.
El arzobispo de Oaxaca llamó a los oaxaqueños a sembrar y cultivar acciones de paz. Queremos una sociedad sin violencia, sin injusticia, sin corrupción y sin impunidad.
Seamos puentes de diálogo, de conciliación, de unidad, de justicia, de superación de personas y del bien común.
Destacó la importancia de integrar una comisión horizontal emanada de la sociedad civil, para ir al rescate del diálogo, factor elemental para poner alto a la violencia que vive Oaxaca. Estamos ante un caso que no es posible resolver con una "varita mágica", por ello, la participación de la sociedad civil, resulta de mayor trascendencia.
