Pasar al contenido principal
x

Debemos librarnos de la ambición: Arzobispo de Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Octavio Vélez Ascencio

El malestar social y la violencia no se resuelven con acuerdos y promesas de palabra, ni con algunas mejoras y logros superficiales, porque se han dañado gravemente los valores que fundamentan la vida y la convivencia entre las personas, grupos y comunidades, aseguró ayer el arzobispo de Antequera-Oaxaca, José Luis Chávez Botello.


En conferencia de prensa, ofrecida en la Catedral, donde estuvo acompañado por monjas y religiosas, el jerarca religioso sostuvo que “es urgente tener el valor para reconocer y corregir la carencia de valores, ideales y convicciones en muchos de nosotros y en nuestra sociedad”, para sostener e impulsar una vida más justa y humana.


Expuso que en este ambiente inhumano y destructivo, la vida consagrada de monjas, religiosas y laicos muestra las luces y caminos seguros de formación, de convivencia, de realización y de calidad humana, pero también de proyección con su presencia y servicios en sectores sociales concretos.


Es la aportación de la vida consagrada a la sociedad –anotó–, pues caracteriza a las monjas y religiosas contemplativas la consagración en la imitación o seguimiento de Jesucristo, a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia.


Explicó que la pobreza evangélica al estilo de Cristo cultiva la humildad, la gratitud y el alegrarse con los demás, así como libera poco a poco de la envidia, de la ambición de dinero y de poder, y así llega a desprenderse de sí mismo para servir mejor.


“No es amar la miseria ni despreciar los bienes, sino una manera responsable y constructiva de usarlos”, asentó.


Castidad


Además, destacó que la castidad vivida en la imitación de Jesucristo no es reprimir la atracción natural de la sexualidad, sino encausarla para amar con mayor libertad y entrega, y así estar disponible a atender la misión en las periferias y lugares más difíciles a donde muchos no pueden acudir.


Observó que la obediencia evangélica otorga la capacidad de abrirse a quienes ayudan y a percibir la voz y la voluntad de Dios a través de los superiores y acontecimientos de la vida diaria.


“Es la obediencia que humaniza, cultiva el respeto y docilidad a lo que el Señor nos va señalando cada día. Es el ejemplo de Cristo, de María y de tantos santos”, recalcó.


Aparte de esto, resaltó que el patrimonio cultural, artístico y religioso de Oaxaca se debe en gran parte a religiosas y monjas es superior para mostrar, transmitir y proyectar el mensaje y la belleza de la vida cristiana en la arquitectura, la escultura, la pintura, la música, las fiestas y las devociones.


De esta manera, destacó que la oración, la vida comunitaria, vivencia de los votos de pobreza, castidad y obediencia de las religiosas son una interpelación y una luz para reconstruir a fondo la vida personal y la misma sociedad.


“Nos recuerda lo fundamental de la vida cristiana: ser llamado a seguir a Jesucristo para estar con él y aprender a vivir como él”, agregó.


Chávez Botello dijo que sin la vida consagrada, la vivencia cristiana de muchas comunidades se enfriaría y la caridad, el entusiasmo y la entrega en la Iglesia, correrían el riesgo de debilitar la generosidad y valentía.


“La misma sociedad perdería al disolverse cada vez más en el ambiente secularizado, egoísta, marcado por la ambición y envidia”, terminó.

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.