SAN JUAN TEPANZACOALCO, San Pedro Yaneri, Oax.- Ante los daños causados por los terremotos de septiembre pasado y las posteriores lluvias de la tormenta tropical Ramón, esta comunidad zapoteca de la Sierra Norte ya se ha puesto a estudiar seriamente en una eventual reubicación para evitar una desgracia, porque existe el riesgo de mayores deslizamientos de las laderas donde se encuentra ubicada.
De hecho, uno de esos deslaves, sucedido en la madrugada del 4 de octubre, se decantó sobre una vivienda en donde muriendo sus dos ocupantes, el matrimonio formado por Sergio Velasco Sánchez y Julia Pérez Martínez, de 60 y 65 años de edad.
“Es lo que hemos expuesto a la asamblea de ciudadanos, mudarnos a otra parte porque estamos en peligro”, afirmó el agente municipal, Sergio López Maldonado.
Entre el sismo y el temporal, 54 viviendas resultaron afectadas por los deslaves, así como el templo católico dedicado a San Juan Evangelista y el Centro de Educación Preescolar Vicente Suárez, que prácticamente quedó en el aire.
Además, el camino hacia la comunidad, distante a 60 kilómetros de la carretera federal 185 Ciudad Alemán-Puerto Ángel, quedó en pésimas condiciones por los derrumbes y deslaves, que provocaron su incomunicación por unos días.
Los caminos a esta comunidad, están desechos. FOTO: Mario Jiménez
Incluso, estuvo aislada al interior por tres derrumbes presentados en el camino.
El panteón municipal, también perdió una parte por otro deslave, a pesar del muro de contención que fue levantado recientemente.
Múltiples daños
La autoridad municipal explicó que los dos fenómenos naturales causaron perjuicios en toda la comunidad, divida en cuatro sectores.
“A unos más a otros menos, pero si se registraron bastantes daños. Una casa se cayó por completo, otras ya no sirven porque se partieron o se ventearon”, señaló.
Detalló que personal del Comité de Planeación para el Desarrollo (Coplade) acudió a realizar una verificación de las afectaciones, pero solamente inscribió en un padrón a siete de las 54 viviendas.
“Quién sabe por qué hicieron eso, cuando los daños se ven por todos lados”, apuntó.
Subrayó que los habitantes de la mayoría de las casas siniestradas siguen viviendo ahí, porque carecen de otro lugar para habitar.
“Ahí siguen, no hay de otra, solamente una persona se fue a otro lado”, indicó.
El Centro de Educación Preescolar Vicente Suárez afectado por el deslizamiento. FOTO: Mario Jiménez
Sin ayuda
Sin embargo, destacó que el personal de Coplade no ha regresado para entregar los apoyos ofrecidos, entre láminas y materiales de construcción para la reconstrucción de las viviendas.
“Hasta ahora no ha llegado nada, ni un bulto de cemento”, apuntó.
Frente a esto, resaltó que los afectados han decidido reparar las viviendas con propios y escasos recursos financieros.
“Cada quien está haciendo su adobe o tabicón; nos vamos a morir si seguimos esperando la ayuda”, agregó.
Aunque, mencionó que la comunidad no solamente requiere de apoyo para la reparación de las viviendas, pues el templo, el camino y en el Centro de Educación Preescolar Vicente Suárez necesitan de atención.
“Lo más grave es el preescolar, porque se puede caer con los niños ahí adentro. Se necesita trasladarlo a otro lado”, añadió.
La tumba de las dos víctimas del derrumbe del cerro. FOTO: Mario Jiménez
Ante esta situación, dijo que en la comunidad cada vez más se habla de una reubicación por el riesgo de nuevos derrumbes y deslaves.
“Nos estamos animando, pero necesitamos buscar un lugar plano y con tierra firme, aunque es difícil porque aquí hay puros cerros”, terminó.
La desgracia
“Cuando supimos del derrumbe sobre la casa de mis suegros, fuimos varios a tratar de rescatarlos con vida, pero cuando los encontramos, ya habían muerto desafortunadamente. Estaban juntos los dos acostados en la cama. Su muerte es una verdadera desgracia, mi esposa está sufriendo mucho, porque no hay como reponer esa pérdida. Es triste perder así a los dos en un solo jalón. Ya es demasiado riesgoso seguir viviendo aquí; muchas casas están dañadas tanto por el temblor como las lluvias. Es necesario irse a otro lado, pero solos no podríamos, necesitamos apoyo del gobierno”: Braulio Sánchez Mendoza, yerno de las personas fallecidas.
El día del derrumbe
Este gran derrumbe dejó incomunicado al pueblo durante algunos días. FOTO: Mario Jiménez
SAN JUAN TEPANZACOALCO, San Pedro Yaneri, Oax.- “Aunque estoy ya un poco sordo, escuché un fuerte ruido sobre mi casa y me desperté, porque como era de madrugada ya estaba durmiendo. Prendí el foco y vi que mucha tierra y piedras habían caído sobre mi casa; era un gran derrumbe. Me dio miedo, porque vivo solo, ya falleció mi mujer; pensé que iba a morir y como pude salí por la ventana para refugiarme en la casa de un vecino. No sé qué voy a hacer para arreglar mi casa, porque esto nada más tengo; nadie ha llegado a ayudarnos y ya estoy viejo. Tengo una hija que se fue a la Ciudad de México en el 2001, pero quién sabe qué pasó, desde esa vez no viene ni habla”: Alejandro Martínez Hernández, damnificado.
Ayuda que nunca llega
SAN JUAN TEPANZACOALCO, San Pedro Yaneri, Oax.- “Como a las tres de la mañana se empezó a caer un cuarto donde dormía por el deslave; ya a las seis, no había nada. Después, se llevó otra casita de madera; estamos durmiendo ahora en la cocina, pero también está en riesgo. Vinieron del gobierno dos veces y nos ofrecieron que nos iban a ayudar, pero hasta ahora nada. Como no tenemos mucho dinero, un señor que se llama Rigoberto Antonio Chávez, que es también de la comunidad, me prestó cemento para hacer otro cuarto, porque no podemos seguir esperando la ayuda del gobierno”: Jesús García Flores, damnificado.
¿Dónde está?
San Juan Tepanzacoalco, se encuentra a unos 150 kilómetros de la ciudad de Oaxaca.
Según el Catálogo de Localidades de la Sedesol, es una comunidad de muy alta marginación, integrada por 422 habitantes.
