La empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) arrastra al menos trece años de expedientes irresueltos por daños el medio ambiente en territorio oaxaqueño ocasionado por derrames de petróleos, fugas por tomas clandestinas y fuga de amoniaco.
Con la creación de la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente (ASEA) en 2015, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) entregó cada uno de éstos a aquella instancia, pero hasta el momento ninguno ha concluido.
El delegado de la Profepa en Oaxaca, Nereo García García señaló que desde 2005 la paraestatal no ha solventado ninguna multa y sólo ha restituido el daño en un 80 por ciento, lo que mantiene las zonas de afectación como sitios que no han sido recuperados ambientalmente hablando.
“Todos los temas de Pemex están en litigio. Sí atienden la emergencia. Falta mayor seguimiento, eso sí. No es nada más ejecutar medidas de urgente aplicación, falta la caracterización de los sitios contaminados y posteriormente que la Semarnat dé la liberación para asegurar que el sitio fue recuperado”.
Se defiende
El argumento esgrimido por la paraestatal en todos los procedimientos iniciados por la Profepa es que ninguno de los hechos fue realizado de manera deliberada.
En marzo de 2015 la Profepa dejó de tutelar los temas de Pemex y éstos pasaron a manos de la ASEA. En este sentido, será esta instancia la que emita el informe del impacto ocasionado por la explosión del pasado 14 de junio en la refinería Antonio Dovalí Jaime, Salina Cruz.
La conflagración fue derivada del derrame de un contenedor de 500 mil barriles de crudo, en el área de contención en dique, según lo informó en su momento la paraestatal.
Hasta el momento la ASEA no ha emitido un informe preliminar, aunque ya trabaja en la zona. En tanto el delegado de la Profepa señaló que el impacto más indudable será en la calidad del aire.
"Hay expedientes que tenemos de seis, siete u ocho años que siguen en litigio y todos están en la ASEA", Nereo García García, delegado de Profepa. FOTO: Mario Jiménez
“Impactos siempre va a haber, ese tipo de compuestos siempre ponen en riesgo la calidad de vida por el oxígeno que respira el ser humano y todo ser vivo”, señaló García García.
Antecedente
Otro de los siniestros más importantes de Pemex fue la fuga de amoniaco ocurrida en 2013 en las localidades de Chivaniza y Campo Nuevo en el Barrio de la Soledad.
El expediente abierto por Profepa continúa en litigio para fincar responsabilidades. “No es fácil litigar con Pemex, por más que establezcamos multas, que para nosotros es irrelevante, lo que se ha hecho es mitigar un poco los daños que provocan”, declaró.
En aquél hecho se registraron cuatro personas muertas, al menos cien intoxicados y mil 500 personas desalojadas.
Dentro de la larga lista de siniestros está el derrame de gasolina se registró en Santa María Petapa en enero de 2015 y uno más en Río Sarabia, municipio de San Juan Guichicovi, el 19 de marzo de 2015; uno más en la comunidad de San Juan, del mismo municipio, en marzo de ese mismo año.
En junio de 2016 se presentó un derrame de hidrocarburos en Paso Guayabo, Matías Romero, donde 34 personas tuvieron que ser evacuadas por las autoridades locales.
Otro más ocurrió el 21 de enero del 2017 en Estación Sarabia, Gichicovi, el derrame de una toma clandestina generó afectaciones la comunidad y ejidos Boca del Monte y Paso Real, así como Palomares, perteneciente de Matías Romero.
