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Arrasa cambio climático con graneros

Foto(s): Cortesía
Luis Ignacio Velásquez

El cambio climático podría generar en Oaxaca una pérdida acumulada del valor de la producción agrícola, similar a los estragos causados entre 5 y 6 años de la cosecha en 2012, de tal manera que la pérdida acumulada al 2100 sería de 2 mil millones de dólares, advierte el Segundo Informe Bienal ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.


El documento señala que, en un escenario de inacción, el cambio climático puede reducir drásticamente la capacidad de producción agrícola en México y, con ello, imponer costos socioeconómicos considerables a las generaciones presentes y futuras.


"Para los principales cultivos de México analizados (maíz, caña de azúcar, sorgo, trigo, arroz y soya), un escenario de inacción implica reducciones en sus rendimientos de entre 5 y 20 por ciento en las próximas dos décadas y de hasta 80 por ciento a finales del siglo para algunos cultivos y estados de la República".



Manifiesta que, a finales del siglo 21 los estados con mayor aptitud para producción de maíz de temporal (Jalisco, México, Nayarit, Morelos, Michoacán, Guerrero y Colima) podrían perder entre 30 y 40 por ciento de sus rendimientos si las negociaciones internacionales noson exitosas en la aplicación de políticas de mitigación.


Ni una tonelada por hectárea


Informa que actualmente 23 estados de la República tienen rendimientos en producción de maíz de temporal por arriba de una tonelada por hectárea; para finales de siglo, únicamente 11 de ellos continuarán produciendo al menos una tonelada por hectárea. Para estados como Tabasco, Quintana Roo y Veracruz, las pérdidas acumuladas serían comparables a casi 12, 11 y 10 años del valor de la producción agrícola en 2012, respectivamente.


Para Oaxaca, Campeche y Colima las pérdidas acumuladas serían similares a la pérdida de entre cinco y seis años del valor de la producción agrícola en el mismo año,mientras que para Chiapas y San Luis Potosí estas pérdidas serían similares a 4 años de producción agrícola.


Ganancias a corto plazo, desastre a futuro


Destaca que los impactos físicos y los costos en el sector agrícola varían considerablemente entre los diferentes estados y los diversos cultivos. Para algunos estados y ciertos aspectos dentro de algunos sectores, el cambio climático podría tener beneficios temporales, pero en el agregado final dominan las pérdidas.


Comenta que para finales de siglo en el país se podrían perder entre 5 y 6 millones de toneladas de maíz de temporal, y entre 3 y 4 millones de toneladas de maíz de riego al año.



Añade que, contrariamente, algunas combinaciones de modelos de clima de cultivo sugieren que el cambio climático podría resultar en importantes beneficios para la producción de caña de azúcar. Los beneficios resultan particularmente grandes si los efectos de fertilización por bióxido de carbono (CO2) son tomados en cuenta. Cabe destacar que la incertidumbre en las proyecciones para este cultivo es alta.


Déficit


Cita que el 50.4 por ciento de los costos totales en agricultura corresponden a la producción de maíz, mientras que la caña de azúcar junto con sorgo contribuyen con 43 por ciento. Los cambios en rendimientos de sorgo, soya y arroz representan en total sólo 5.7 por ciento de los costos agregados.


Dice que de acuerdo con algunas combinaciones de modelos de clima y biofísicos, Puebla y San Luis Potosí podrían duplicar sus rendimientos en producción de caña durante la primera mitad de este siglo. Jalisco alcanzaría rendimientos entre 50 y 80 por ciento mayores en las próximas décadas, mientras que Oaxaca, Michoacán, Nayarit y Tamaulipas podrían ver aumentos en rendimientos entre 30 y 50 por ciento durante el mismo periodo.


Sin embrago el valor presente de las pérdidas, acumulado a 2100, en los granos seleccionados se distribuye así: Veracruz, 4 mil 948 millones de dólares ; Sinaloa, 3 mil 905 millones de dólares; Tamaulipas, 2 mil 208 millones de dólares; Oaxaca, 2 mil millones de dólares; Jalisco, 1 mil 993 millones de dólares; Chiapas, 1 mil 639 millones de dólares; y Guanajuato, 1,202 millones de dólares.


De tal manera que los programas contra el hambre y la desigualdad se verán comprometidos por el impacto que tendría el cambio climático en la agricultura, dado que se perdería parte de la producción de alimentos destinada a combatir cada uno de dichos objetivos.

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