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Trazos entre laureles; presenta Gonzalo Rocha su obra en Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

Urbanizar a un personaje cumbre en las películas de la época de oro del cine mexicano es el planteamiento de la intervención al Patio C, del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) que el caricaturista Gonzalo Rocha (Ciudad de México, 1964) mantiene en la propuesta visual y sensorial.


La propia naturaleza del espacio sugiere una apreciación distinta para esta propuesta, que tocó en su origen el surgimiento de Desexotismos; en medio de tres laureles de la India, el monero e historiador sugiere tres ideas diversas que se conjugan como puertas en un mismo espacio.



Gonzalo Rocha propone Desexotismos, en el Patio C del MACO. FOTO: Carina Pérez

 


La invitación funciona como tres ventanas a tres diferentes imágenes. En esta ocasión propone a un Tizoc tatuado, una imagen fija de la película mexicana María Candelaria -estrenada en 1943 y protagonizada por Pedro Armendáriz y Dolores del Río- y una nube de motivos pictóricos que están a caballo entre la pinta callejera y el tatuaje.


"Juego con la cuestión de los tatuajes para darle rienda a las representaciones urbanas. Lo que me pareció interesante fue lograr desexotizar la figura del indígena. Hay que recordar que el Indio Ferández retoma el lenguaje indigenista, como una mirada ambigua, parecido a los murales de José Clemente Orozco: por un lado la idea del progreso como algo necesario, pero a la vez en esta idea de ambigüedad del fuego creador y destructor".


Gonzalo Rocha recuerda que en el cine se usaron imágenes de José Clemente Orozco, para generar esas conexiones: por un lado la crítica a la alfabetización, la entrada del progreso y educación, sacar a la iglesia y por otro lado, la idea de que siempre que llega el progreso, éste acaba con una manera de vivir.


"No se termina la injusticia, es decir, siempre hay una ambigüedad de las dos partes, pero cómo sería hoy un personaje como el Indio Fernández, cómo sería su trashumancia hacia otra industria, a Estados Unidos; sería muy representativo el personaje que perteneció a ese tiempo, que llegaría contando", se pregunta el caricaturista.



El tríptico de Rocha tiene un elemento más, una nube de motivos pictóricos que están a caballo entre la pinta callejera y el tatuaje. FOTO: Carina Pérez

Desexotismos se da como secuela de su libro Cácaro, la época de Oro del Cine Mexicano en Monos, en el que aborda una cuestión nacionalista indigenista de la cual relflexiona: "Podemos estar en mucho desacuerdo en cómo se representó al indígena, pero al menos había una visión respecto a cómo hacerlo. No es poca cosa que los actores e ídolos del momento se disfrazaran para representar papeles de indígena".


Ahí estaban: María Candelaria, Dolores del Río, Pedro Armendáriz y Pedro Infante, lo cual ahora está totalmente perdido. Al indígena se le asociaba a lo rural y en esta mimetización que se ha dado, ahora es como si ya no existiera.


La pieza compuesta por Gonzalo Rocha en el Patio C del MACO "muestra la evidencia de ciertas conexiones de consanguinidad entre dos expresiones plásticas que por su naturaleza formal no es frecuente verlas compartiendo plaza", como lo apunta Efraín Velasco en su texto.

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