Pasar al contenido principal
x

Comparte Salvador Yrízar su Sinfonía "El encierro, Opus 19”

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

Lo que un artista piensa, siente, expresa, calla, manifiesta y construye, desde un encierro involuntario, llevó a Salvador Yrízar Rojas a crear su serie Sinfonía "El encierro, Opus 19”, que acoge en estos días la mezcalería Cuish. El título es una alegoría al proceso del artista encerrado por la pandemia de COVID-19, pero de alguna manera libre, por la posibilidad de poder pintar. 


Los 12 acrílicos en mediano formato que conforman esta exhibición, representan la conjugación y paradoja de lo monocromático y lo colorido, de lo abstracto y figurativo. El proceso creativo de Yrízar Rojas no sólo se nutrió de la música, como elemento acompañante -ya que se confiesa melómano-, también abrevó de lecturas, charlas con sus familiares y esa tranquilidad proporcionada por el resguardo. 


En entrevista, el artista originario de la Ciudad de México, aunque con raíces oaxaqueñas, compartió que la mayoría de los acrílicos que exhibe son de producción reciente. Para él fue fundamental poder compartir sus obras, luego de permanecer en su casa, cuando la incertidumbre por lo que ocurriría sembró miedo en muchas personas alrededor del mundo. 



 


Él se confiesa fascinado tanto por la música de Oaxaca, como por su cielo. El título de sinfonía se debe porque él ha trabajado, a lo largo de su trayectoria, con música:  “La considero importante para el espíritu del artista, además de que soy melómano”. 


Encierro voluntario


Si bien también considera que el artista es un hombre solitario, un encierro involuntario no siempre viene con tanta paz. Para él el acto de pintar es tan íntimo que requiere un encierro, pero del voluntario: “El artista debe tener una predisposición psicológica para poder crear.  Así que yo necesitaba que el mismo encierro no me creara un estrés, sino que fuera una fuente de relajación y así lo fue. Yo no puedo pintar, si no estoy tranquilo y sereno”. 


El artista considera que el proceso creativo es incluso sublime, íntimo y al cual hay que disponerse con buena actitud, así como con buen estado de ánimo.  “Es así que comencé a trabajar muchas cosas. Yo viajaba mucho, pero me acostumbré a encerrarme como una necesidad; tenía que proteger a mi gente y dejarme proteger, así que todo lo canalicé en esto”. 


A lo largo de la exhibición, el público podrá ver obras en formato mediano, acrílicos sobre tela y algunos formatos pequeños, todas ellas cargadas de una gestualidad imponente. “Yo no trabajo por temas. Hago lo que se me pega la gana y a veces el estímulo del trazo me sugiere un montón de cosas. Creo en el trabajo mental de ir construyendo una pintura muy sensitiva”. 



 


Retroalimentación, vital para el arte


Rodeado de su familia, el artista charló con los asistentes a su exposición, quienes siguieron las medidas de sanidad, como el uso de cubrebocas, aplicación de gel y toma de temperatura en la entrada. Luego de un año de encierro y con un semáforo epidemiológico a punto de cambiar de color, a anaranjado, consideró un privilegio poder compartir sus piezas en Cuish, donde permanecerán exhibidas por dos meses más. 


“Exponer es un gusto muy grande, una manera de decirle algo a los demás. Yo quiero transmitir lo que siento, lo que vivo, el sentirme total como ser humano y transmitirlo a los demás. Un cuadro no es un cuadro estando en una bodega, llega a ser una pieza artística en el momento que está transmitiendo algo a una persona. Eso es el proceso de la comunicación;  si no hay retroalimentación, el arte no tiene sentido. Esto está hecho para que los demás lo vean”. 


¿Cuándo y dónde?


En curso, en ​​Díaz Ordaz 712, Centro, Oaxaca de Juárez.


“Pintar es una manera de ser libre, porque estoy creando y sacando todo desde adentro; no me limita el encierro, este lo usé para crear y liberarme”. 



Salvador Yrízar Rojas


Artista plástico

Noticias ¡Cerca de ti!

Conoce los servicios publicitarios que impulsarán tu marca a otro nivel.