Sueltan los demonios en Tilcajete
En las calles de San Martín Tilcajete, todos corren el peligro de convertirse en demonios. Los diablos aceitados son capaces de ennegrecer la piel de quienes osan conocerlos en su tierra alebrije.
El chapopote o la grasa oscura y quemada que corre por el cuerpo de estos entes negros, cornudos y de harapos vernáculos que parecen provenir del inframundo, son los matices que hacen una fiesta lóbrega en las calles polvorientas de este lugar.
Descender al infierno