El 69 por ciento de los habitantes de la capital y su zona conurbada viven en pobreza alimentaria. En estos puntos, de acuerdo con la economista e investigadora de la UABJO, Ana Luz Ramos Soto, el ingreso familiar apenas araña los dos salarios mínimos al día.
“Percibir menos de dos salarios mínimos coloca a estas familias por abajo de la línea de la pobreza. Eso hace que el índice de marginación se eleve y la población esté viviendo en condiciones de pobreza alimentaria ya que no consume los alimentos necesarios”, declaró.
Uno de los indicadores que evidencia con mayor fidelidad lo anterior -expuso- es la ausencia de refrigerador en casa. La carencia de dicho aparato electrodoméstico en las zonas urbanas revela que la familia va al día en sus gastos.
En este margen de carencia de refrigerador en casa se ubica un 45 por ciento de la población de la capital y la zona conurbada.
Lo anterior -expuso- permite ver que las políticas públicas implementadas a nivel estatal y federal no han mejorado las condiciones de vida de la población.
Las políticas redistributivas las cuales el gobierno federal y estatal han traducido en entrega de despensa o apoyos económicos, no han dado resultados, por el contrario -sostuvo Ramos Soto- el número de pobres ha aumentado.
Una de las pruebas más contundentes del incremento de la pobreza es la negativa del Banco Interamericano a otorgar recursos a México, ya que una de las condiciones para ello es que disminuya sus niveles de rezago y ello no ha ocurrido en este caso.
Los sectores más vulnerables a la pobreza alimentaria -sostuvo- son quienes viven del trabajo en el campo, los que están inmersos en el sector informal porque no tienen un ingreso fijo. Si se observa la pirámide poblacional, son más las mujeres que enfrentan la pobreza por ser el grueso de los habitantes.
“Vemos que el hombre ha emigrado y quienes se quedan como proveedoras y protectoras de la familia es la mujer, entonces vemos que la pobreza se ha feminizado, por otro lado vemos que personas de la tercera edad que no tienen una pensión están viviendo de lo que pueden conseguir”, expuso.
Ramos Soto señaló que desde 1970, Oaxaca se encuentra en el índice de muy alta marginación. “Tenemos más de 4 décadas de marginación, es un problema estructural que trae la economía del estado de Oaxaca”.
