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Normalizan saturación del Hospital General Aurelio Valdivieso de Oaxaca

Foto(s): Emilio Morales Pacheco
Nadia Altamirano Díaz

Recibir la noticia de que debe buscar un concentrador de oxígeno para que le den de alta a su hijo que nació a las 28 semanas de gestación o aceptar que pase al área de lactantes del Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso porque el servicio de pediatría está saturado, es una disyuntiva que a Alma la hace temer que su hijo muera.

La médico me dijo que ya me lo llevara con oxígeno, lo estuve pensando, pero una enfermera de ahí me sugiere no sacarlo porque está muy chiquito, que aguantara otro poquito, pero como no hay espacio, la doctora quiere estar sacando a los niños y mandarlo a lactantes, donde están los niños más grandes, de término y mi bebé es prematuro”, dice Alma, quien prefiere ocultar su nombre verdadero para que la atención que recibe su bebé no empeore.

Al salir de amamantar a su bebé, eligió la soledad de una banca frente a la Fuente de las Ocho Regiones que calentada por la intensidad solar, le garantiza soledad y poder llorar sin consuelo.

A diferencia de otras mujeres o familiares de pacientes que ignoran que un recién nacido fue colocado el pasado domingo en una caja de cartón como si fuera cuna, Alma conoce la noticia y sabe que todas las áreas de pediatría están saturadas y cuentan con menos personal de enfermería del que deberían.

“A una enfermera no le puedes decir nada porque si no, al ratito ya no lo atienden, mi hijo estuvo un mes intubado en la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales), luego pasó a terapia intermedia y ahora está en crecimiento y desarrollo, donde tiene un vasito que bota aire, pero a veces el vasito está por allá y la enfermera platicando”, dice negando la posibilidad de poderlo llevar a otro hospital.

Sin opciones

Yo vine aquí porque me mandó el ginecólogo, me dijo que aquí hay incubadora para que se logre mi hijo, pero ahora lo quieren mandar a lactantes, donde es un servicio donde no cuidan a los niños porque hay muchos”, se queja invadida de una desesperación que no puede controlar.

Con malos antecedentes o buenas referencias, quienes carecen de seguridad social prefieren llegar al Hospital Valdivieso porque saben que aquí hay más aparatos médicos que en clínicas particulares u otros hospitales generales, como coinciden Dorotea y Carolina, abuelas de un nieto que nació el sábado 2 de septiembre y que aún permanece en observación porque sus pulmones todavía no están bien.

"Nosotros no tenemos dinero, yo creo que para nosotros es mejor este hospital", admite Carolina, cuya hija de 15 años se convirtió en madre en este hospital. Algo similar piensa su consuegra, quien desde el sábado ha acompañado a su hijo por cualquier eventualidad que se presente: "no tenemos dinero para llevarlo a otro lado, por eso estamos esperando aquí a que digan que mejore".

Jaqueline, una mujer cuyo segundo hijo falleció el pasado cinco de agosto porque el 24 de julio nació con Síndrome de Down y sin perforación en el ano, no se puede quejar de la atención que “a lo mejor por estar tan grave” recibió, pero ha vuelto a este hospital por unos estudios de genética y a reponer un medicamento que por costar 7 mil pesos debió conseguir con una fundación.

Platicando con mi esposo decidí venir a entregarlo, por si hay otra persona que pudiera necesitarlo”, reconoce una mujer que debió pagar 200 pesos como aportación voluntaria por su parto y cuyo costo de la atención a su hijo se le condonó porque falleció.

“Sólo un doctor de terapia intensiva fue el único que me decía que mi hijo no mejoraba, que estaba grave y que me tenía que preparar. El día que falleció el aparato al que estaba conectado ya estaba en rojo y casi a la 1 de la tarde falleció”, recuerda.

Sin medidas contundentes

A pesar de que la destitución del subdirector general del Hospital Valdivieso fue la reacción de las autoridades a la difusión de una foto de una improvisada cuna de cartón donde el domingo pasado colocaron a un recién nacido, personal del área de  Tococirugía y Pediatría coinciden en que los espacios con que se cuentan son insuficientes para la demanda diaria.

Tan sólo este martes habían 21 pacientes en el área de lactantes, la UCIN operaba con cupo lleno al tener 16, en cuidados intermedios había ocho, mientras que en crecimiento y desarrollo nueve cuando su capacidad es para seis y cinco pacientes recién nacidos en urgencias, además de dos más en tococirugía que carece de área de pediatría.

Aquí llegan pacientes graves, por eso se satura, en promedio hay 20 nacimientos al día, la mayoría complicados, por prematurez o riesgo materno, pero no hay capacidad instalada para atender a tantos niños, no hay ni dónde meter cunas, requerimos un nuevo hospital porque cuando se llega al 80 por ciento de ocupación, el servicio ya es deficiente”, reconoce en entrevista el encargado del área de Pediatría y ex director del Hospital Valdivieso, Jesús Manuel Salcedo.

Si Laura tuviera 300 mil pesos en la bolsa o en su cuenta bancaria su hijo de 35 años no estaría en la terapia intensiva del Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso, esperando que la saturación de pacientes le permita ingresar a quirófano para que especialistas le hagan las cirugías que requiere después de que fue acuchillado y casi molido a golpes.

"Ya fui a una clínica particular a preguntar y por una operación en la pierna me cobran como cien mil pesos y por otra que necesita en el brazo 70 mil, pero lo operan de inmediato. Falta considerar los gastos del tiempo que esté hospitalizado, en recuperación", dice consciente de que los discursos políticos no concuerdan con las carencias que pacientes, familiares y personal de salud viven en un hospital que funciona desde hace 58 años.

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