De los 42 carteros del Centro de Reparto Alameda que Correos de México tiene en Oaxaca, Juan Tomás Vásquez Martínez es el único que, entre la correspondencia y paquetería a entregar, tiene una carta.
"A lo mejor es una carta de amor", especula al mostrar un sobre blanco tamaño oficio, con un timbre postal que permite saber que por el servicio el remitente pagó siete pesos para que pudiera llegar de San Isidro Monjas a Esquipulas Xoxo, en la zona conurbada de la ciudad de Oaxaca.
Las direcciones "están en el mismo municipio (Santa Cruz Xoxocotlán), las separan apenas dos colonias", explica Juan, conocedor de su ruta y con una experiencia de 19 años como cartero.
¿Por qué cree que es una carta de amor?, se le pregunta y Juan encuentra el sustento a su especulación en el nombre del remitente (Alejandro) y el de la destinataria (Alejandra) que no comparten ningún apellido, pero no podrá completar la emoción que le significa entregar esta carta porque su motocicleta está en servicio y le ha tocado quedarse en oficina.
El reparto diario
Salvo los domingos y días festivos, en la oficina postal, con una puerta que da a la Alameda de León y una fachada en su mayoría oculta por las lonas grises de puestos de artesanías, el movimiento empieza a las 8:00 horas.
Las voces de Leo Dan y Camilo Sesto se turnan para sonar desde una bocina que parece impregnar el ambiente de nostalgia, pero son las bromas entre los carteros lo que hace que domine la alegría y camaradería.
Cada quien sabe qué tiene que hacer y organiza sus tiempos para que la paquetería y correspondencia llegue a tiempo.
Los cinco carteros que hacen su labor a pie son los primeros en salir. Otros 30 lo hacen en motocicleta y siete en bicicleta, como Álvaro Hernández Juárez, quien 32 de sus 55 años los ha dedicado a entregar cartas, pero ahora sobre todo paquetes y recibos de luz o teléfono, esquivando los vehículos cuyos conductores no tienen laco.
"Había más trabajo, sobre todo correspondencia, ahorita ya disminuyó un poco" y si llegan cartas una o dos veces al mes, es mucho, como las diez que entregó la semana pasada a una persona que vive en la calle de J.P. García.
Su ruta que puede abarcar hasta 60 cuadras del centro histórico de Oaxaca, la comienza Álvaro en la calle Hidalgo y debe estar alerta de que la falta de cultura vial no provoque que un vehículo lo arroje del otro lado de la calle, como le ocurrió hace tres meses, o que como hace 12 años le roben la bicicleta con todo y la paquetería.
Añorar recibir una carta
Afuera de un establecimiento de artículos fotográficos hace que su silbato suene dos veces para anunciar su llegada. Alicia, una mujer de 56 años, reconoce ese sonido y no demora en salir a recibir un sobre de una dependencia estatal.
En vez de ese tipo de correspondencia, ella hubiera querido recibir una postal, una tarjeta o una carta de alguna amistad en otro estado o incluso del extranjero, como todavía le ocurrió hace 10 años que le escribieron desde Canadá y Madrid, cartas que todavía conserva.
"Es hermoso recibir una correspondencia o saludo, claro que ahorita ya hay redes sociales y nos podemos ver en video, pero no es lo mismo que guardar un bello recuerdo", expresa una mujer que asocia el servicio postal con el ferrocarril, en un tiempo donde la gente podía aguantar la prisa y no se sobreponía la urgencia ni la inmediatez.
Desde antes de la época colonial, el imperio Azteca tenía personas que desempeñaban el oficio de cartero mediante un sistema de relevos cada 10 kilómetros, lo que les obliga a ser grandes corredores capaces de transportar joyas, alimentos o telas.
Con la llegada de los españoles y la inclusión del caballo, el trabajo postal comenzó a agilizarse y fue Yucatán el estado donde en 1759 se abrió la primera oficina postal, a la que siguieron otros estados como Oaxaca, Guanajuato, Veracruz, Puebla y Guerrero.
Desde 1931 cada 12 de noviembre se conmemora oficialmente el día del cartero para recordar que un trabajador del servicio postal regresó a su destino 50 millones de oro y correspondencia militar que se iban a perder al accidentarse el tren en que se transportaban, en la época de la Revolución.
Reconocer la labor
Jaquelin sabe la importancia de que los artículos que por compras en internet le lleguen tres veces a la semana en buenas condiciones, en menos de una semana y sin un sobreprecio, por lo que este viernes decidió mandarle un desayuno sorpresa a Abelardo Ortiz, un cartero que suma ya 25 años de servicio.
Los waffles con plátano, la tarta, el coctel de frutas, el sandwich y el jugo que recibió en una caja de madera con un moño hizo que para Abelardo este día del cartero sea más emotivo, pero sobre todo una muestra de que se reconoce un trabajo que algunas veces se realiza entre carencias.
"Muchos piensan que el correo ya no existe, pero seguimos aquí", expresa satisfecho de desempeñar una labor "muy loable" a la que poco a poco le tomó cariño.
"El Servicio Postal Mexicano es más rápido y económico de lo que se piensa, aparte las cosas llegan en buenas condiciones" y a Jaquelin no le gustaría que el servicio desapareciera.
Si este servicio no fuera eficiente, el jefe del Centro de Reparto Alameda, Irving Ortega Gatica, está seguro que ya hubiera desaparecido, pero en vez de eso se tienen contratos con clientes corporativos para entregar correspondencia bancaria, de telefonía y recientemente los recibos de Comisión Federal de Electricidad que no se compara con la emoción que produce recibir una carta escrita a puño y letra.
EL DATO
CORREOS DE MÉXICO EN OAXACA
-Cuenta con 66 oficinas postales
-276 trabajadores postales
-104 carteros
Ofrece los servicios de paquetería, mensajería, incluyendo clientes corporativos:
-Banamex
-CFE
-Telmex
