HACIENDA BLANCA, San Pablo Etla, O.ax.- El arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos llamó ayer a los seminaristas practicar las virtudes durante su formación para que sean sacerdotes humildes y sencillos de corazón cuando anuncien la palabra de Dios.
“No se anuncia la palabra de Dios humillando al pueblo, hay que anunciarla con humildad de corazón y disponiéndose para que Dios mismo sea el que vaya hablando”, afirmó.
Durante la homilía de la misa oficiada en el Seminario Pontificio de la Santa Cruz, por la admisión de seminaristas a las órdenes sagradas y por la recepción de ministerios, el pastor religioso aseguró que este momento eclesial resulta una bendición para la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca, por estar tan necesitada de sacerdotes.
“Los seminaristas lo saben, los que están ya en apostolado saben de la gran necesidad”, añadió.
Por eso, sostuvo que los seminaristas necesitan crecer en santidad y aprender a servir y ver todas las necesidades del pueblo, pero sobre todo, no perder la sencillez y humildad de corazón.
“Aprendan de mí, dice nuestro Señor, que soy manso y humilde de corazón”, agregó.
Expuso que algunos seminaristas ya en el apostolado quizá tienen más capacidad intelectual sobre sus párrocos, pero no deben tener actitudes de soberbia y de vanidad, porque eso no viene de Dios.
“La capacidad que sienten tener se las dio Dios, pero no para humillar a sus hermano, no para humillar a este pueblo nuestro, no para decirles que ellos son ignorantes y que son el único que sabe todo. No vivan así, porque así no se anuncia la palabra de Dios”, aseveró.
De este modo, subrayó que los seminaristas necesitan ser humildes y sencillos, porque así los quiere el pueblo, más no orgullosos, creídos y vanidosos.
“Los quiere humildes, porque están en medio de un pueblo humilde y sencillo, pero de gran corazón, de un pueblo que nos ama por lo que somos y por lo que queremos ser, correspondamos con amor, con paciencia, con caridad y con respeto”, anotó.
Aunque, resaltó que los sacerdotes también deben ser humildes y no orgullosos y soberbios, porque el testimonio de vida hace creíble el anuncio que del Evangelio.
“Porque si no, nos van a decir, padre, no estás viviendo lo que nos estás invitando a vivir. Dices que no seamos iracundos y tú eres el primero en enojarte. Dices que no ambicionemos y que no queramos tener más y más y tú no te llenas. Dices que seamos justos y tú no eres justo con nosotros. Dices que seamos trabajadores, responsables y tú eres demasiado flojo”, refirió.
Sin embargo, Vázquez Villalobos destacó que no solamente los seminaristas y sacerdotes necesitan dar testimonio, sino también padres y madres de familia, servidores públicos y autoridades civiles de testimonio.
“No queramos pasar como buenos sin ser buenos, no queramos pasar como justos, como honrados, como esto y como aquello, sin serlo, porque eso es hipocresía. El testimonio se demuestra cómo vivimos. Vivamos como Dios lo quiere y hagamos lo que Dios quiere”, aseguró.
