Aleyda Ríos
“En el pueblo no es común que haya mujeres tallando, siempre son los hombres en cualquier taller que ustedes visiten, nosotras decidimos unirnos y demostrar de lo que somos capaces”, expresó Rosario Fabián, mujer dedicada al arte del alebrije.
En las manos artesanas, siempre hay guardados recuerdos, memorias y aprendizajes que año con año se van forjando para crear cosas maravillosas y es en un rincón de San Martín Tilcajete, ubicado en los Valles Centrales de Oaxaca donde se encuentra un peculiar taller de mujeres llamado “Zoológico Mágico”. En él trabaja un grupo de mujeres, quienes se han dedicado a la creación de alebrijes desde hace varias generaciones.
“Somos artesanas de nacimiento y esperamos seguir heredando este legado que nos han dejado nuestros abuelos”.
Rosario, como cada miembro de su familia, aprendió a tallar el copal desde que tiene uso de razón y platicó a Noticias, Voz e Imagen de Oaxaca, que empezaron vendiendo sus creaciones a la gente de su mismo pueblo, quienes tenían la fortuna de poder vender al turismo o en espacios que les brindaban en la ciudad de Oaxaca.
“Siempre era lo mismo, trabajar y venderles, nos dimos cuenta que al turismo blanco le vendían nuestras piezas al doble o al triple de lo que nos pagaban”, expresó Rosario.
Fue a partir de ahí que tomaron la decisión de unirse entre hermanos y crear un taller para poder trabajar entre todos.
Los retos
Las restricciones debido a la pandemia llenaron de dificultades la situación económica de muchas familias y la de estos artesanos no fue la excepción, pues el pueblo de San Martín Tilcajete tuvo que cerrar sus puertas a los visitantes para evitar contagios.
Los esposos tuvieron que salir del pueblo para trabajar. Esto impulsó a que se formara un taller en donde quienes realizaban los alebrijes fueran las mujeres.
“Invitamos a nuestras familiares, primas, suegras, sobrinas, todas mujeres, después eso se volvió un orgullo, eso nos ayudó a no desanimarnos y seguir adelante, pues no solamente éramos amas de casa, sino también artesanas”.
A pesar de que al paso del tiempo demostraron que en cada pieza que realizaban había mucha calidad, no dejaba de ser un reto la cuestión del género:
“Pues a lo mejor es un tema muy controversial, desgraciadamente sigue pasando que no tenemos la credibilidad de las personas por ser sólo mujeres, por eso le ponemos las ganas día con día para ofrecer la mayor calidad”, explicó Rosario.
La magia empieza desde el tronco
Rosario nos cuenta que todo empieza desde que se tiene el tronco del copal. Ella afirma que entre más deforme, mejor, ya que les ayuda a despertar la creatividad para imaginarse al ser que nacerá y así poder empezar a tallar; proceso al que ella le dice “la magia”.
“Es por eso que nosotras nos pusimos como slogan ‘la magia del arte hecha por mujeres artesanas’ porque nosotras jugamos con esa creatividad, nos da ideas, como ponerle a la figura alas, cuernos… lo que la madera nos permita”.
Ojos de canica, lo que las destaca
Estas mujeres tienen un distintivo que representan en sus piezas, lo que las hace resaltar en un municipio lleno de gente dedicada a esta profesión y son los ojos de canica.
Rosario explica que la idea surgió experimentando con los ojos de las figuras que elaboraban y que al tallar un poco más profundo para que pudieran colocarle una canica, la pieza parecía tener una mirada diferente, como si tuviera ojos reales.
“Al principio solo eran los hoyitos en la cara de los animales y poner una canica, pero poquito a poquito nos empezamos a dar cuenta que si hacíamos un poco más grande el agujero se veía como si tuviera el iris, entonces fuimos creando ideas, como resaltar las pupilas, así es como nace y podemos decir que fuimos las primeras”.
Esta innovación ayudó al colectivo a darse más a conocer pese a las diferencias de ideas respecto a cómo debía ser la creación de los alebrijes.
Soñar en grande
Rosario menciona que esto ha sido un trabajo en el que la paciencia es primordial y que siente que Dios no las ha soltado.
A pesar de las dificultades, este colectivo no deja de soñar en grande, pues esperan que en algún futuro puedan salir del país y exponer sus creaciones en diferentes partes del mundo.
“Gracias a Dios hemos salido a delante, las cosas buenas llegan despacito y hay que tener paciencia. Creo que el sueño de todas es dar alguna exposición en otro país, que nos inviten y mostrar nuestras artesanías hasta donde más se nos pueda conocer”.
“Somos artesanas de nacimiento y esperamos seguir heredando este legado que nos han dejado nuestros abuelos”.
Rosario, artesana
“El sueño de todas es dar alguna exposición en otro país, que nos inviten y mostrar nuestras artesanías hasta donde más se nos pueda conocer”.
Rosario, artesana
“Desgraciadamente sigue pasando que no tenemos la credibilidad de las personas por ser sólo mujeres”.
Rosario, artesana
