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El Señor del Rayo, un símbolo de fe e identidad para todo Oaxaca

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Foto(s): Octavio Vélez Ascencio
Octavio Vélez Ascencio

Por su acompañamiento durante más de cuatro siglos y los cientos de milagros concedidos, el Señor del Rayo se ha convertido en una de las imágenes más veneradas por los católicos, pero también en un símbolo de unidad e identidad de los oaxaqueños.

 

 

Por eso, no es raro que la devoción a la imagen de Jesús Crucificado tenga un gran arraigo, porque nadie ha dejado de recibir una respuesta a sus peticiones y plegarias ante algún infortunio o enfermedad.

Según la historia, cuando en 1538 llegó el primer obispo de la Villa de Antequera, Juan López de Zárate escribió al rey de España, Carlos V, para requerir una imagen del Señor Crucificado, por no contar con los elementos básicos para una evangelización.

Enterado de esta situación, el monarca envió la imagen en un barco, pero no ancló en el puerto de Veracruz, sino en lo que actualmente es Coatzacoalcos. 

Sin embargo, los habitantes de esa zona, quizá porque ya habían sido evangelizados, se apropiaron de la imagen y no permitieron que llegara a la Villa de Antequera. Aparentemente, esta imagen es la que se venera en Otatitlán, Veracruz.

A sabiendas de esto, el rey remitió otra imagen que desembarcó en el puerto de Veracruz y entregada a las autoridades de la Villa de Antequera, para impedir un nuevo hurto.

La imagen fue colocada inicialmente en el templo de San Juan de Dios, que servía de Catedral, mientras se construía el actual inmueble.

De acuerdo con la historia, un día de tantos cayó una vez un rayo en un día despejado y sin nubes sobre el techo sencillo del templo, lo que generó un incendio. 

A pesar de que ardió todo en el templo, lo único que no se quemó fue el Cristo, que solamente se oscureció. Este suceso causó admiración y asombro entre los pobladores de aquellos años y así comenzó su devoción.

De hecho, el tercer obispo de la Villa de Antequera, Bartolomé de Ledesma escribió al rey Felipe II que el Santo Cristo ya era muy venerado.

Posteriormente, la imagen fue trasladada a la actual catedral donde se le dio el nombre del Señor del Rayo en conmemoración de aquel día.

Desde aquellos años, el Cristo Crucificado, a la que se le incorporó imagen de la Virgen Dolorosa al pie de la Cruz, se le rinde culto en su fiesta patronal cada 23 de octubre.

Imagen de gran valor

 

El sacerdote Alejandro Rodríguez González, párroco del Sagrario Metropolitano-Catedral de Nuestra Señora de La Asunción, afirmó que el Señor del Rayo tiene un gran valor para los oaxaqueños, porque siempre se han sentido protegidos, cobijados, ayudados, auxiliados y fortalecidos.

“Es una imagen querida, venerada, respetada, requerida y buscada por el pueblo”, asentó.

Por eso, subrayó que los creyentes siempre acuden con devoción, amor y entrega a solicitar su ayuda divina o a agradecer los favores recibidos o milagros.

“Un milagro es un signo de la presencia de Dios de modo muy concreto que salva o se manifiesta para recuperar la salud, por salvarse de un accidente, por superar un problema económico y familiar o por haber encontrado a un ser querido”, anotó.

 

De esta manera, resaltó que la gran devoción de los oaxaqueños al Señor del Rayo se aproxima a la enorme religiosidad hacia Nuestra Señora de La Soledad.

“Eso habla de la unión de María y su hijo. Esa presencia que siempre está presente es valorada y sentida de manera cercana por los oaxaqueños, porque encuentran consuelo y paz”, agregó.

 

 Trasciende fronteras

 

El presbítero dijo que la fe hacia el Señor del Rayo ha trascendido las fronteras de Oaxaca, porque ahora no solamente llegan peregrinos del interior del estado, sino de Chiapas, Puebla, Morelos y de Baja California Norte, aunque también de Costa Rica, Guatemala y de Estados Unidos.

“Han oído hablar de la imagen y cada vez crece la devoción. Y así es más apreciada no solamente por los oaxaqueños. Llegan de todos lados a hacer una petición o a pagar su manda, como se dice en la religiosidad popular”, aseveró.


Miles de flores
Cada 23 de octubre, la Catedral de Nuestra Señora de La Asunción, especialmente su capilla, se colman de miles de flores, incienso, velas, veladoras y hasta danzas, para la festividad en honor del Señor del Rayo, una de las imágenes más veneradas por el pueblo de Oaxaca.
En el Siglo 16
Aunque no existe una fecha exacta, se cree que la imagen del Señor del Rayo llegó entre 1540 y 1550 a la actual Oaxaca de Juárez.

 

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