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Domedh, el Clown que da alegría a niñas y niños con cáncer en Oaxaca

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Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Aunque pueda sonar cliché, la risa es verdaderamente el remedio del alma, y bajo este principio nació Domedh, el clown hospitalario que administra dosis de sonrisas y brinda apoyo a niñas y niños pacientes del Hospital de la Niñez Oaxaqueña, quienes luchan contra el cáncer.

"Domedh me ha dado grandes satisfacciones, me ha recordado al pequeño Rommel, creativo, noble, alegre, soñador, juguetón y bueno. Gracias a Domedh, he podido conectar con cientos de niños en los hospitales", explica Rommel López Ramírez, psicólogo, presidente de la Comunidad de Voluntarios Efecto Mariposa Oaxaca y fundador del Escuadrón Clown en el estado.

Rommel explica que el clown hospitalario, a través del juego, crea elementos que permiten modificar realidades. "El Clown no se trata solo de hacer reír, sino de ser, de estar, de ser apoyo en el sufrimiento, de ser compañía en el desierto. Somos una escucha empática; pedimos permiso a los pequeños para entrar en su habitación, no invadimos su espacio, ante todo mostramos respeto".

Hace cinco años comenzó esta aventura. Al principio, con incertidumbre y nerviosismo, pero esa primera experiencia reveló la importancia de su labor.

"Días después, mi compañera me dice: '¿Recuerdas a la niña con la que jugaste y que le hicieron cosquillas al papá? Falleció'. Recuerdo que me molesté porque yo no quería saber esa parte fea. Pensé en no volver al hospital, pero lo que me dio una nueva perspectiva fue que el papá nos envió saludos y agradecimientos".

Durante los últimos meses de vida de la pequeña, la familia ya no sonreía, y todas sus imágenes eran de dolor. "Se habían olvidado de reír, entonces nosotros le regalamos ese momento de risa, de carcajada. Cuando entró a operación y ella fallece, el papá se queda con el recuerdo ya no de sufrimiento, sino de saber que su hija se divirtió con él. Y esos son los momentos donde te das cuenta de que en el sufrimiento también hay esperanza".

A lo largo de los cinco años como Escuadrón Clown, Domedh ha ingresado a penitenciarías, el Consejo de Tutela, se ha enfrentado a personas con antecedentes de pandillas, personas con discapacidad, en asilos, albergues y casas hogar con niñas y niños en orfandad. Pero lo más desafiante ha sido el trabajo en los hospitales, donde la profunda tristeza es el primer sentimiento que se respira.

"Cuando veo cómo los clowns están jugando con el niño que estaba triste y cambia el ambiente. Empieza a reírse, empieza a carcajear, y se empieza a dar cuenta de que en ese momento no hay dolor. Juegan, y a sus papás les cambia la cara. Entonces, ahí es donde yo digo: esto vale muchísimo la pena".

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