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Carestía de alimentos en Oaxaca: familias sustituyen y suprimen alimentos de su dieta

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

En términos económicos, llevar a la mesa un kilogramo de aguacate representa el mismo costo que llevar un kilo de pollo o medio kilogramo de tasajo. En los tres casos, el valor de los productos representa desembolsar 80 pesos, es decir un salario mínimo.


Además de la pérdida en el poder adquisitivo de las familias oaxaqueñas, el encarecimiento de los productos alimenticios ha llevado a suprimirlos de la mesa o, en aquellos casos en donde es posible, sustituirlos por otros de más bajo precio y menor calidad.


“Son estrategias y mecanismos de defensa que realiza la población al perder poder adquisitivo, dejan de consumir por ejemplo carne, consumen productos de importación pero de baja calidad”, afirmó la economista e investigadora de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Ana Luz Ramos Soto.


Uno de los elementos que en este año abonaron a la pérdida de poder adquisitivo fue la inflación por el incremento del valor del dólar. “La inflación no se esperaba en Oaxaca y ello hizo que se perdiera parte del poder adquisitivo en los habitantes y hace que se reduzca el consumo de la canasta básica”, declaró.


En el mercado el costo del kilogramo de aguacate, uno de los productos más encarecidos, oscila entre los 75 y 85 pesos dependiendo de la calidad; mientras que el precio de medio kilogramo de tasajo es expendido en 80 pesos, y el kilo de pollo entre 75 y 78 pesos.


Al ir al mercado las familias tienen que cotejar y escoger entre uno de los dos alimentos, pues de lo contrario no alcanzaría para la compra.


“Antes podía comprar los dos productos, ahora tengo que elegir entre uno y otro, o muchas veces no llevar ninguno de los dos porque no alcanza para todos”, explica doña Julia Ortiz, mientras realiza las compras para la comida del día.



En casa de la mujer habitan tres menores de edad y dos adultos, en promedio el gasto diario destinado a la compra del alimento para la comida supera los 120 pesos “haciendo compras muy castigadas”.


En el menú la mujer incluye agua de frutas, el gasto depende del producto. Para la compra de un cuarto de sandía, el desembolso va de los 20 a los 30 pesos, a ello hay que agregar 40 pesos de medio kilogramo de pollo, si se prepara un guacamole hay que sumar al menos 40 pesos más por medio kilo del producto; en la mesa no faltan las tortillas las cuales adquiere a razón de ocho por diez pesos.


De acuerdo con datos de la Coneval, a junio de 2017 el valor mensual por persona de la canasta alimentaria urbana es de 1 mil 422.25 pesos, lo que representa un costo diario de 47.41 pesos. Para el caso de la zona rural el valor fue de 1 mil 014.15 pesos, 33.81 diarios.


En el caso de la anasta alimentaria, mas la no alimentaria para la zona urbana a junio de 2017, fue de 2 mil 834.29 pesos y de 1 mil 835.93 para la zona rural.


Uno de los rubros a los que más se le destina es educación, cultura y recreación, seguido de transporte público, vivienda y servicios de conservación, así como cuidados de la salud.


Mala leche


La sustitución de los productos alimenticios por la pérdida de poder adquisitivo es aprovechado por distintas empresas que venden leche que en realidad no lo es.

La Profeco descubrió 17 marcas que están en el mercado nacional que se anuncian como leche pero que no cumplen con las proteínas, grasa y lactosa que obliga la norma oficial. Su venta, sin embargo, se ha vuelto exitosa por ofertarse a un bajo costo.

Algunas marcas detectadas fueron El Dorado, Valle Lac, Vitaleche, Dairy, Alpari, La Merced, Nutri Leche, Mileche, Dulac, PorSalud, Ganata, Best Choice, Chedraui, Tamariz, Básicos, Ricalac y Gotitas de Leche.

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