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Suena Oaxaca en el palacio de Bellas Artes

Foto(s): Cortesía
Carina Pérez García

CIUDAD DE MÉXICO.- Después de haber visitado un universo de emociones, el público que asistió al segundo concierto de la Banda Filarmónica del Cecam se puso de pie para escuchar el himno oaxaqueño, compuesto por Macedonio Alcalá. El Dios nunca muere, dirigido en los dos recitales por el maestro César Delgado Martínez y en voz del tenor Fernando de la Mora, cimbró en las entrañas de cada escucha.


Con dos conciertos en el Palacio de Bellas Artes, que tuvieron lleno total, el Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe (Cecam) arrancó formalmente los festejos por su 44 aniversario, celebración que da pie a las fiestas de la Guelaguetza 2017. Lo recaudado en ambas funciones se destinará para este centro musical de Santa María Tlahuitoltepec.



El tenor Fernando de la Mora sumó su voz a la causa e interpretó "El Andariego", de Álvaro Carrillo y "El Dios nunca muere", de Macedonio Alcalá.

A lo largo de dos horas, los más de tres mil asistentes disfrutaron de un repertorio que incluyó piezas como: Tlahuitoltepecana, Sones y jarabes mixes, La Llorona, Circulando señor, Fandango tehuano y el Jarabe Mixteco. Cúmulo de emociones que derivaron en aplausos y gritos de júbilo arrebataron piezas como Sentimiento de artista, que interpretó como solista, la flautista mixe Concepción Hernández.


Otra de las preferidas por el público, que no dudó en sacar el pañuelo a falta de paliacate, fue Pinotepa, de Álvaro Carrillo, con la que cerraron ambos conciertos y la participación de todos los solistas en el escenario: el flautista Horacio Franco, el pianista Héctor Infanzón, el tenor Fernando de la Mora, Concepción Hernández y la cantante Susana Harp, artífice de este evento.



La cantante Susana Harp, artífice, cómplice y gestora de los conciertos a beneficio en el Palacio de Bellas Artes.

El llamado fue más allá del universo musical y artístico, más allá de la cultura oaxaqueña; fue una voz a la conciencia y un reconocimiento al talento de los jóvenes oaxaqueños, originarios de las ocho regiones, que conforman esta banda de 67 músicos. Así como un refrendo de apoyo al proyecto que nació un 16 de noviembre de 1977, en la Sierra Mixe; el jolgorio engalanó uno de los escenarios más emblemáticos del país.


La razón de estas funciones fue recaudar fondos para un centro de enseñanza musical que no tiene presupuesto gubernamental, que ha sobrevivido durante cuatro décadas a todo tipo de embates y crisis económicas.



Horacio Franco hizo un llamado a reconocer proyectos como el del Cecam, los cuales "hacen recuperar la esperanza en un país lastimado por la corrupción".

Susana Harp, promotora cultural, reconoció la asistencia de autoridades en materia de cultura, a nivel federal y la presencia de el gobernador de Oaxaca: "Es la primera vez que un gobierno estatal nos hace caso y valora". Agradeció a cada asistente y el apoyo de los artistas que han sumado su voz a esta causa.

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