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Paralizan actividades 200 oaxaqueñas

Foto(s): Cortesía
Citlalli López Velázquez

Amas de casa, activistas, familiares de mujeres asesinadas, profesionistas, docentes, jubiladas y mujeres de comunidades indígenas de Oaxaca se sumaron al Paro Internacional 8M en conmemoración del Día Internacional de la Mujer.


Por más de una hora, al menos 200 mujeres paralizaron sus actividades laborales y domésticas para exigir un alto a la violencia de género, al acoso sexual, a las agresiones y a las violaciones a sus derechos.


Bajo la jornada “Oaxaca Tiembla” convocada por colectivos de mujeres feministas con el respaldo del sector de mujeres de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), se movilizaron desde el Monumento a la Madre hacia el Zócalo de la capital.


Desigualdad




La exigencia de las mujeres y niñas se unió en una misma voz: alto a la violencia. FOTO: El Universal

“Esto es una denuncia a las condiciones de desigualdad que vivimos permanentemente las mujeres y niñas”, señaló Ana María Hernández Cárdenas de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad. En lo que va del año se han acumulado 26 feminicidios y seis casos de violencia política.


“Nos ponemos en paro para que sea nuestra voz la que se escuche en defensa de nuestros derechos, no queremos que sigan hablando por nosotras”, pronunciaron durante la rueda de prensa previo a la marcha.


El paso del contingente fue acompañado de consignas elevadas con el reclamo de justicia, pero también de advertencia. 


Empuñando en lo alto, a voz abierta la consigna advirtió “¡Que tiemblen, que tiemble, que tiemblen los machistas, Oaxaca, Oaxaca será todo feminista!”. El mosaico de voces que cimbró las calles acompañaba al grito de: “¡Atenta contra el poder, el puño de la mujer!... ¡Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América latina!


Sus voces




Por más de una hora, al menos 200 mujeres paralizaron sus actividades laborales y domésticas para exigir un alto a la violencia feminicida. FOTO: Carlos Román Velasco

Estampilladas en camisetas negras quedaron las voces de algunas mujeres víctimas de feminicidio. Al frente el nombre y edad de ellas, a la espalda la forma en la que fueron asesinadas. “Me dispararon en el abdomen”, “Me dieron un machetazo”…


En las pancartas las exigencias: “No más violencia machista en las comunidades indígenas, exigimos respeto y justicia”, “Oaxaca Tiembla, las mujeres paramos”, “Exigimos sentencia contra los agresores”, “Exigimos al juzgado 5to de lo penal sentencia inmediata a los asesinos -feminicidas de Karent González Reyes”.


Envuelta en vestimenta tradicional de Santa María Tlahuitoltepec, Felícitas Martínez Vargas caminó llevando en manos un cartel exigiendo la liberación de su hijo Damían Martínez defensor de derechos humanos de los pueblos indígenas y del derecho a la educación en la región Mixe y Zapoteca de la Sierra de Oaxaca.


De igual manera nutrieron la marcha mujeres habitantes de Asunción Nochixtlán, quienes llevaban demandas de justicia por las personas asesinadas durante el enfrentamiento con la policía federal ocurrido el 19 de junio de 2016.


La movilización concluyó en el zócalo frente a Palacio de Gobierno con un mitin en donde las voces se unieron en un mismo reclamo.


El paro se desarrolló de manera simultánea en más de 20 entidades de México y 40 países de América Latina.


Una misma lucha




Activistas, amas de casa, profesionistas, marcharon en reclamo a sus derechos. FOTO: El Universal

“Yo me uní con mucha valentía a esta marcha y gracias a las demás que lo han organizado. Estamos aquí en disgusto por el gobierno porque no hay justicia de su parte”, Zoila Torres Cruz, ama de casa.


“Vine a la marcha para recordar a nuestras mujeres desaparecidas, a las mujeres presas y estamos en pie de lucha hombres y mujeres”, María Zárate, docente.


“Yo más que nada vine porque estoy sufriendo por mi hijo, estoy demandando su libertad, soy como otras madres que están sufriendo porque sus hijos están encarcelados injustamente o desaparecidos”, Felícitas Martínez Vargas, mujer Ayyuk mamá de preso político.


“Las mujeres han seguido siendo violentadas en sus derechos. Es demasiada la presión que hay de hostigamiento laboral y como maestras corremos muchos riesgos. Hay mujeres que han sido violadas y el violador sale dos o tres días después en la cárcel. Nosotras exigimos que se haga justicia y que podamos vivir seguras en los lugares donde trabajamos”, Lucía caballero López, Secretaría de Alianza de la Sección 22.


Mujeres paralizan labores del hogar


El cartel en manos de María de la Luz, una mujer de 71 años es el reflejo de su voz: “Oaxaca tiembla. Las mujeres paramos”.


Los pasos de María se uniforman en las miles de pisadas que este 8 de marzo dejaron huella para exigir justicia y respeto a los derechos de las mujeres. Ella trabaja como “cerillo” o empacadora en una tienda de autoservicio, y aunque no se asume como feminista ni como activista, “simplemente soy una oaxaqueña”, pidió el día para sumarse a la movilización.


“Yo veía las agresiones que sufría una hija que se fue al norte. Se llevó a sus tres niños pero antes me los dejó tres años. Yo ahora apoyo porque veía como la agredía el marido. Él era policía vial y le pegaba muy feo a mi hija. Un día que yo llegué la tenía contra la pared y pegándole en las costillas. Ella estaba embarazada. Por eso vengo, no se vale que agredan a nuestra compañeras mujeres”, explica mientras avanza bajo el sol.


Al lado de María de la Luz caminan Sara Rodríguez y  Gloria Torres llevando en el antebrazo una bolsa de mandado en una acción que de manera inconsciente pero simbólica fue muestra del paro al que se sumaron las mujeres.

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