Oaxaca.- “Estoy espantado”, afirmó el fundador del Albergue “Hermanos en el Camino”, Alejandro Solalinde Guerra, ante los alcances mediáticos de su postulación para el Premio Nobel de la Paz.
“Me da miedo, mucho miedo, es una gran responsabilidad”, agregó.
El sacerdote sostuvo que muchas personas y no solamente migrantes se han acercado a él, después de saber de su postulación, para buscar su ayuda o acompañamiento en la solución de sus problemas”.
“Solamente con la postulación, me buscan más, y literalmente me estoy haciendo pedazos para acompañar a la gente, que anda como ovejitas sin pastor”, asentó.
Explicó que cuando participó en la década de los 90 en la postulación del entonces obispo de la Diócesis de San Cristóbal de la Casas, Samuel Ruiz García, se pudo percatar de esa situación porque muchas personas se acercaban a él como si fuera el mesías, ante tantas injusticias en el pueblo de México.
“No quiero pensar qué pasará cuando se enteren más personas; eso me preocupa porque tampoco no soy el mesías y conozco mis límites. Pero, ni modos, soy misionero de Dios y haré todo lo que pueda para atender a cualquier persona”, asentó.
Rechazó que la fama o mayor notoriedad alcanzada por su postulación para el Nobel de la Paz sea de su interés, porque la ignora e incluso, hace hasta cosas contrarias a fin de mantener su privacidad.
“La fama es lo que menos me interesa, ni necesito estímulos porque soy un misionero de Dios”, recalcó.
Es más –anotó–, “cuando me entregan algún reconocimiento, no me quedo con nada del premio”.
El también activista reveló que el estímulo económico del reciente Premio Internacional de Derechos Humanos recibido en Asturias, España, fue repartido en la Fundación Berta Cáceres y en una más de El Salvador, así como en los talleres de carpintería y panadería creados en el albergue “Hermanos en el Camino”, para dar alternativas a los migrantes, ante el endurecimiento de las políticas de Donald Trump.
“Cuando me dan premios, con nada me quedo; es más, le digo un secreto, todo lo que me regalan, lo regalo, a menos que sea algo que en verdad necesite”, insistió.
