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Echeverría teje un thriller nazi

Foto(s): Cortesía
Redacción

CIUDAD DE MÉXICO.- Manuel Echeverría es un lector apasionado de thrillers. Un género de intriga que comenzó a explorar en La sombra del tiempo (2005). En su nueva novela, El amante judío, un comando del Mossad llega a México en 1963 para identificar a un criminal de guerra nazi, Otto Wolf, el Chacal de Bergen Belsen.


El escritor vuelve a los temas centrales de su literatura: la redención, el amor, la traición. Es una historia sin personajes heroicos. Hasta los agentes más experimentados, escribe el autor, cometen errores de principiante. Fallos humanos que son expuestos en la novela.
"Se trata de mostrar las fisuras en el alma de quienes en apariencia están estructurados para no tenerlas", explica sobre el trío de espías enviado al País para hacer justicia. "Finalmente, los grandes traidores se originan siempre en esas organizaciones secretas".
Echeverría escribe sobre las pugnas internas por el poder, las envidias en el interior del Mossad, y el costo emocional, sicológico, de vivir en la sombra. Como el propio escritor, reacio a las entrevistas y quien nunca hace presentaciones de sus libros por una mezcla de "pudor y timidez".
"Parece una paradoja", dice, "pero los escritores que más publicidad tienen son los que menos la necesitan".


En las agencias de espionaje se generan grandes temas literarios como la lealtad, el odio y el fanatismo. En esos ambientes, en apariencia impenetrables, agrega, el ser humano enfrenta el dilema entre la fidelidad a sí mismo o a los ideales que sirve.
El agente Mika Rifkin escoge el amor. Pero su salvación es su condena. La mujer que quiere, Ana, hija del empresario Rolf Zimmer, identidad bajo la que se oculta el criminal, sufrirá también por los actos de su padre.
"Wolf nunca pide perdón, tiene una visión borrosa de sus atrocidades. Como el propio (Adolf) Eichmann, no muestra el menor arrepentimiento".


Uno de los desafíos al escribir El amante judío (Océano) fue lograr una progresión dramática en la trama, al tiempo que el comando no avanzaba en su misión. "Como dice Le Carré: espiar es esperar".
En la novela, gran parte de la acción sucede en Israel, país que visitó a principios de los 80. "Las atmósferas parten de una serie de visiones aisladas que me quedaron del viaje".
Echeverría somete sus libros a "muchísimas" revisiones. Comienza por una sinopsis de la trama, que luego desarticula en líneas de acción. Una vez escrita la historia vuelve sobre un arranque débil, un diálogo poco explícito: "Llega un momento en que hay que tener tanta determinación para acabar una novela como para empezarla".

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