La reforma educativa, uno de los cambios más importantes de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, incluida dentro del Pacto por México, se convirtió en el fracaso más sonado de su gestión, por la fuerte oposición que impuso la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), particularmente la sección 22, en Oaxaca.
La reforma fue presentada por el presidente Peña Nieto el 10 de diciembre de 2012, aprobada por la Cámara de Diputados 10 días después, y por el Senado de la República el 21 de diciembre del mismo año.
En febrero de 2013, la reforma fue declarada constitucional por el Poder Legislativo Federal, promulgada por el Ejecutivo el 25 de febrero de 2013 y publicada al día siguiente en el Diario Oficial de la Federación.
Entres sus principales aportes está la creación del Sistema Nacional de Evaluación Educativa, coordinado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Edu–cación (INEE), encargado de evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del sistema educativo nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior.
Además, mediante la Ley General del Servicio Profesional Docente, se modifican las reglas de ingreso y la promoción a funciones directivas o de supervisión en la educación básica y media superior, estableciendo que estas sean mediante concursos de oposición.
Sin embargo, la movilización de la sección 22 del SNTE retrasó dos años el anuncio de la incorporación de Oaxaca a la reforma educativa, lo que se hizo oficial en un acto celebrado en la Ciudad de México, el día 20 de julio del 2015, cuando junto con el secretario de educación pública, Emilio Chuayffet Chemor, el entonces mandatario estatal Gabino Cué anunció la creación del nuevo Instituto de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), que finalmente no pasó de una buena intención.
En la residencia oficial de Los Pinos, Cué Monteagudo, aseveró que “la reforma educativa avanza y no se detendrá”.
De cualquier forma, la oposición magisterial seguía en Oaxaca y otras entidades del país donde tiene presencia la CNTE, por lo que todas todas las innovaciones, programas y políticas educativas de la reforma no tuvieron ninguna aplicación concreta en nuestra entidad, por el contrario, en el contexto del proceso electoral para presidente de la República, la CNTE decidió acercarse al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, para proponer echar abajo la reforma educativa.
El argumento central del magisterio fue que más que una reforma educativa, el proyecto era una reforma laboral que atentaba en contra de los derechos sindicales de los trabajadores de la educación.
Desde entonces en su precampaña, campaña y ya como presidente electo, López Obrador, manifestó su acuerdo para echar abajo la reforma educativa, “porque nada tiene que ver con la enseñanza y el mejoramiento de la educación”.
El 20 de agosto del año en curso, en una reunión de gabinete que encabezó el presidente Enrique Peña Nieto, el presidente electo López Obrador anticipó que, una vez que inicie su administración, promoverá una nueva política educativa para echar abajo la reforma aprobada en este sexenio.
“En tiempo y forma vamos a presentar las iniciativas para cancelar la reforma educativa y dar a conocer un plan distinto con un marco legal ajustado a las nuevas circunstancias, pero sí quiero dejar de manifiesto que se va a cancelar la actual reforma educativa y va a ser sustituida por otra reforma que va a tomar en consideración el punto de vista de maestros y de padres de familia”, aseveró.
De esta forma la reforma educativa en Oaxaca no se concretó.
